El acertijo del tamaño de los pezones humanos

Una idea que se ha arraigado en la biología evolutiva propone que las características biológicas con la menor variabilidad normalmente poseen una función más clara, mientras que aquellas con la mayor variabilidad son probablemente "subproductos no funcionales" de la evolución. ¿Es esto cierto?

La variabilidad del tamaño del pezón femenino puede convertir una idea clave en la biología evolutiva en su cabeza. (En la imagen: primer plano de una estatua de mármol en Florencia, Italia).

La cuestión de la variabilidad y funcionalidad de los rasgos físicos ha sido una cuestión de larga data en la biología evolutiva.

Hasta ahora, la noción aceptada ha sido que las características que se han adaptado para cumplir una función específica, por ejemplo, la reproducción o la crianza, tienden a variar menos en su apariencia dentro de una especie en particular.

Por otro lado, existe la suposición de que las características con mayor variabilidad dentro de la especie tienen más probabilidades de ser subproductos evolutivos sin función esencial.

Un ejemplo de ello es la supuesta noción de que hay menos variabilidad en la longitud del pene que en la longitud del clítoris, lo que correspondería al hecho de que el pene juega un papel crucial en la reproducción, mientras que el clítoris existe solo de manera incidental, y no tiene ningún propósito reproductivo evidente.

Pero, ¿tienen estas suposiciones una base sólida en la realidad? Eso es lo que un equipo de la Universidad de Queensland en Australia se propuso encontrar en un nuevo estudio, tomando como foco las variaciones de tamaño en los pezones humanos, tanto masculinos como femeninos.

Los sorprendentes hallazgos de los investigadores y su implicación para la biología evolutiva se han publicado en la revista. Comportamiento y fisiología adaptativos humanos.

Los resultados actuales "desacreditan estudios anteriores"

“Un objetivo importante en la biología evolutiva es […] distinguir las adaptaciones funcionales de los subproductos no funcionales”, escriben los autores del estudio en la introducción del artículo publicado.

“Una forma en que se ha perseguido este objetivo”, explican, “es comparando la variabilidad de características dentro de las especies. Este enfoque se basa en la premisa de que las estructuras funcionales son menos variables que las estructuras no funcionales ".

Sin embargo, la primera autora Ashleigh Kelly y sus colegas no estaban del todo convencidos de esta premisa. Para verificarlo, decidieron tomar el ejemplo de los pezones humanos, que se sabe que tienen un propósito claro en las mujeres: nutrir a la descendencia.

Pero en los hombres, los pezones se han considerado un subproducto evolutivo, sin ningún propósito funcional. En este contexto, tendría sentido, suponiendo que la premisa descrita anteriormente sea correcta, que los pezones masculinos varíen más en tamaño entre los individuos y que los pezones femeninos varíen menos.

Eso, sin embargo, no es lo que encontraron los investigadores. Para el propósito de este estudio, reclutaron a 63 voluntarios, que comprendían 33 hombres y 30 mujeres, todos de entre 18 y 33 años.

Sus pezones, que incluían la aureola del pezón, fueron escaneados y medidos. También se registraron otras características físicas relevantes, incluida la altura y la circunferencia del pecho de los participantes.

Kelly y su equipo encontraron que había una diferencia significativa entre el tamaño promedio de los pezones masculinos y el de las mujeres. Los de los hombres "tenían en promedio un 36 por ciento del tamaño de los pezones femeninos", escriben los autores.

Más importante aún, el análisis del equipo reveló que el tamaño de los pezones de las mujeres variaba mucho más entre individuos que el tamaño de los pezones de los hombres.

Esto se mantuvo incluso después de que el equipo tuvo en cuenta los factores modificadores relevantes, como el índice de masa corporal (IMC), el tamaño del busto y la temperatura ambiente en el momento en que se tomaron las medidas.

En pocas palabras, "Encontramos que los pezones femeninos eran significativamente más variables que los masculinos", dice Kelly.

Esto, continúa, puede reescribir por completo la comprensión de la relación funcionalidad-variabilidad en la biología evolutiva.

“Los pezones femeninos son funcionales, ya que se utilizan en la lactancia. Por lo tanto, el hallazgo de que los pezones de las mujeres son muy variables desacredita los estudios previos que indican una variación en una característica específica que indica una falta de funcionalidad ".

Ashleigh Kelly

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