Los suplementos durante el embarazo pueden reducir el riesgo de autismo

Si ciertos suplementos, tomados antes o durante el embarazo, pueden reducir el riesgo de autismo es una cuestión muy debatida. Un nuevo estudio a gran escala tiene una nueva mirada.

¿Tomar suplementos durante el embarazo podría reducir el riesgo de autismo?

Se cree que los trastornos del espectro autista (TEA) afectan a 1 de cada 68 niños en los Estados Unidos, y su prevalencia puede estar aumentando.

A pesar de esto, las causas exactas y los factores de riesgo involucrados siguen siendo un misterio. Nadie sabe por qué ocurren los TEA y cómo se pueden prevenir.

A lo largo de los años, varios estudios han analizado los vínculos entre el estado nutricional de una madre y las capacidades cognitivas de su descendencia. Los hallazgos, hasta la fecha, no han sido concluyentes, pero los científicos creen que esta línea de cuestionamiento podría eventualmente ayudar a resolver el acertijo del TEA.

Por ejemplo, trabajos anteriores han demostrado una relación entre la vitamina D materna baja y el TEA. De manera similar, se sabe que los defectos del tubo neural, es decir, los defectos congénitos del cerebro, la columna vertebral o la médula espinal que ocurren muy temprano en el embarazo, se pueden prevenir mediante una mayor ingesta de ácido fólico.

Por estas y otras razones, se recomienda a las mujeres embarazadas que tomen suplementos multivitamínicos y de ácido fólico como estándar.

Debido a que las relaciones entre los suplementos de multivitamínicos y ácido fólico y los TEA han sido inconsistentes, un estudio publicado esta semana en JAMAreabre la pregunta.

Suplementos y TEA investigados

El equipo de investigación actual estaba dirigido por Stephen Z. Levine, Ph.D., de la Universidad de Haifa, Israel. Se tomaron datos de 45,300 niños israelíes nacidos entre 2003 y 2007 que fueron seguidos hasta 2015.

Los científicos recopilaron información sobre los suplementos recetados que tomaban las madres antes del embarazo (540 a 271 días antes del parto) y durante el embarazo (270 días antes del parto hasta el parto).

De los 45,300 niños nacidos de 26,702 madres, 572 fueron diagnosticados con TEA.

Los autores concluyeron que había un menor riesgo de que la descendencia desarrollara TEA si las madres tomaban ácido fólico, suplementos multivitamínicos o ambos antes del embarazo, durante el embarazo o antes y durante el mismo.

Para reiterar, los suplementos tomados antes de que comenzara el embarazo, durante el embarazo, o tanto antes como durante, parecieron reducir el riesgo de TEA en la descendencia.

Este efecto positivo siguió siendo significativo después de tener en cuenta una serie de variables de confusión. El efecto protector se midió tanto en la descendencia masculina como femenina, pero los autores señalan que el bajo número de diagnósticos de TEA en las mujeres hace que esta conclusión sea menos firme.

Entre los hijos de mujeres con afecciones psiquiátricas, el riesgo de TEA no disminuyó con la suplementación, aunque, nuevamente, el tamaño de la muestra fue relativamente pequeño.

¿Conclusiones sólidas?

Los nuevos resultados respaldan las conclusiones anteriores de un estudio noruego que encontró que el uso de ácido fólico materno de 4 semanas antes y 8 semanas de embarazo se asoció con un riesgo reducido de TEA. Pero aunque los hallazgos están en línea con algunos estudios anteriores, no todas las investigaciones anteriores encontraron tal efecto.

Este estudio actual también marca la primera vez que se han encontrado vínculos que se remontan más atrás en el tiempo: el uso de suplementos 2 años antes del embarazo redujo el riesgo de TEA. Dicho esto, los autores describen rápidamente las limitaciones del nuevo experimento, que incluyen la falta de un análisis de control de hermanos.

Además, la información sobre el uso de suplementos provino de los registros de recetas. Por tanto, es posible que algunas madres hayan comprado suplementos de venta libre, que no se habrían incluido en el análisis.

El estudio es solo observacional, lo que significa que no se puede probar una relación causal. Se necesitarán más estudios para comprender si este efecto anti-TEA es real o no.

Los autores escriben en su conclusión: "La reducción del riesgo de TEA en la descendencia es una consideración para la política de salud pública que puede realizarse mediante el uso prolongado de [ácido fólico] y suplementos multivitamínicos durante el embarazo".

Independientemente de si los resultados se replican o no, los consejos para las madres embarazadas permanecerán sin cambios: se recomendarán suplementos de multivitaminas y folato, independientemente.

Con suerte, con el tiempo, todos los componentes nutricionales del riesgo de TEA se determinarán de una vez por todas.

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