La fibrilación auricular aumenta el riesgo de demencia.

Nueva evidencia sugiere que la fibrilación auricular, en la que el corazón tiene un latido irregular, está relacionada con un mayor riesgo de demencia. Este conocimiento, sin embargo, también indica una posible estrategia preventiva, muestran los investigadores.

Un latido cardíaco irregular acelera la velocidad a la que se deteriora la función cognitiva, pero puede haber una manera fácil de abordar esto.

En un nuevo artículo de estudio publicado ayer en la revista Neurología, investigadores del Instituto Karolinska y la Universidad de Estocolmo, que se encuentran en Suecia, explican que la fibrilación auricular (A-fib) está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

En la fibrilación auricular, las aurículas del corazón, o las cámaras que reciben sangre y luego la envían a los ventrículos, que la bombean al resto del cuerpo, laten de manera irregular.

Debido a esto, la sangre puede acumularse dentro del corazón y formar coágulos, que luego pueden circular hacia el cerebro y provocar un derrame cerebral.

El nuevo estudio ha encontrado que la A-fib también aumenta el riesgo de otro problema de salud a medida que las personas envejecen, a saber, la demencia. Sin embargo, esta advertencia también viene con una solución alentadora, explican los autores.

"El flujo sanguíneo comprometido causado por la fibrilación auricular puede afectar al cerebro de varias maneras", como explica el coautor del estudio, Chengxuan Qiu.

"Sabemos [que] a medida que las personas envejecen, la posibilidad de desarrollar fibrilación auricular aumenta, al igual que la posibilidad de desarrollar demencia", dice Qiu, y agrega:

"Nuestra investigación mostró un vínculo claro entre los dos y descubrió que tomar anticoagulantes en realidad puede disminuir el riesgo de demencia".

La fibrilación auricular está relacionada con un deterioro cognitivo más rápido

En el nuevo estudio, los investigadores analizaron los datos recopilados de 2.685 participantes con una edad promedio de 73 años. Todos estos participantes fueron seguidos durante un período promedio de 6 años.

El equipo entrevistó a cada persona y administró un examen médico al inicio del estudio y luego nuevamente después de 6 años para los participantes menores de 78, o una vez cada 3 años en el caso de los participantes mayores de 78 al comienzo del estudio.

Ninguno de estos voluntarios tenía demencia al inicio del estudio, aunque el 9 por ciento de todos los participantes (243 personas) habían sido diagnosticados con fibrilación auricular.

Durante el período de seguimiento, el 11 por ciento del número total de participantes (279 personas) desarrolló A-fib y el 15 por ciento de la cohorte (399 personas) recibió un diagnóstico de demencia.

Después de analizar los datos, los investigadores revelaron que la función cognitiva, incluida la capacidad de pensamiento y la memoria, de los participantes con fibrilación auricular tendía a deteriorarse más rápidamente que en el caso de las personas con sistemas cardiovasculares saludables.

Además, las personas con fibrilación auricular tenían un 40 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con sus compañeros sanos.

De los 2163 participantes sin A-fib, al 10 por ciento (278 personas) se les diagnosticó demencia durante el transcurso del estudio.

En cuanto a las 522 personas con A-fib, el 23 por ciento (121 personas) desarrollaron demencia.

Los anticoagulantes pueden contrarrestar el riesgo

Sin embargo, el equipo también vio que los participantes con fibrilación auricular que tomaron anticoagulantes para prevenir los coágulos sanguíneos en realidad tenían un riesgo 60 por ciento menor de desarrollar demencia, en comparación con aquellos que no tomaron este medicamento.

De las 342 personas que no tomaron anticoagulantes, el 22 por ciento (76 personas) desarrollaron demencia, mientras que entre los 128 participantes que tomaron anticoagulantes, solo el 11 por ciento (14 personas) desarrollaron la afección neurodegenerativa.

Al mismo tiempo, los investigadores también señalan que los participantes que tomaron medicamentos antiplaquetarios, que evitan la formación de coágulos en las arterias, no tuvieron un riesgo menor de demencia.

"Suponiendo que hubiera una relación de causa y efecto entre el uso de anticoagulantes y la reducción del riesgo de demencia", explica Qui, "estimamos que alrededor del 54 por ciento de los casos de demencia se habrían prevenido hipotéticamente si todas las personas con la fibrilación había estado tomando anticoagulantes ".

“Deben realizarse esfuerzos adicionales para aumentar el uso de anticoagulantes entre las personas mayores con fibrilación auricular”, aconseja el investigador.

No obstante, los investigadores admiten que su estudio enfrentó algunas limitaciones, como el hecho de que no distinguía entre diferentes subtipos de A-fib, o que ciertos participantes con A-fib pueden no haber sido diagnosticados en consecuencia debido a la falta de síntomas.

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