Endocarditis: lo que necesita saber

La endocarditis es una afección poco común que involucra la inflamación del revestimiento del corazón, los músculos del corazón y las válvulas del corazón.

También se conoce como endocarditis infecciosa (EI), endocarditis bacteriana (BE), endocarditis infecciosa y endocarditis fúngica.

Una infección del endocardio causa endocarditis. La infección normalmente es causada por bacterias estreptocócicas o estafilocócicas. En raras ocasiones, puede ser causado por hongos u otros microorganismos infecciosos.

Es dos veces más común en hombres que en mujeres. En los Estados Unidos, más del 25 por ciento de los casos afectan a personas de 60 años o más.

Los estudios sugieren que la endocarditis afecta al menos a 4 de cada 100.000 personas cada año, y que el número está aumentando.

Tratamiento

El tratamiento principal son los antibióticos, pero a veces es necesaria la cirugía.

Antibióticos

La mayoría de los pacientes con endocarditis recibirán antibióticos. Estos se administrarán por vía intravenosa, a través de un goteo, por lo que el paciente deberá permanecer en el hospital. Los análisis de sangre regulares controlarán la eficacia del medicamento.

Los pacientes generalmente pueden irse a casa cuando su temperatura vuelve a la normalidad y los síntomas han disminuido, pero la mayoría continuará tomando antibióticos en casa.

El paciente debe mantenerse en contacto con su médico para asegurarse de que el tratamiento sea eficaz y de que los efectos secundarios no impidan la recuperación.

Los antibióticos más utilizados son la penicilina y la gentamicina. Los pacientes alérgicos a la penicilina pueden recibir vancomicina. El tratamiento con antibióticos normalmente dura de 2 a 6 semanas, dependiendo de la gravedad de la infección, entre otras cosas.

Cirugía

Si la endocarditis ha dañado el corazón, puede ser necesaria una cirugía.

La cirugía cardíaca puede ser necesaria si hay daños en las válvulas cardíacas.

Se recomienda la cirugía si:

  • la válvula cardíaca está tan dañada que no se cierra lo suficientemente fuerte y se produce regurgitación, donde la sangre fluye de regreso al corazón
  • la infección continúa porque el paciente no responde a la medicación antibiótica o antimicótica
  • grandes grupos de bacterias y células, o vegetaciones, se adhieren a una válvula cardíaca

La cirugía puede reparar un defecto cardíaco o válvulas cardíacas dañadas, reemplazarlas por otras artificiales o drenar los abscesos que se han desarrollado dentro del músculo cardíaco.

Causas

La endocarditis es una inflamación que afecta al corazón.

La endocarditis puede ocurrir cuando bacterias u hongos ingresan al cuerpo debido a una infección, o cuando bacterias normalmente inofensivas que viven en la boca, el tracto respiratorio superior u otras partes del cuerpo atacan el tejido cardíaco.

Normalmente, el sistema inmunológico puede destruir estos microorganismos no deseados, pero cualquier daño a las válvulas cardíacas puede permitir que se adhieran al corazón y se multipliquen.

Se forman grupos de bacterias y células, o vegetación, en las válvulas cardíacas. Estos grumos dificultan que el corazón funcione correctamente.

Pueden causar abscesos en las válvulas y el músculo cardíaco, dañar el tejido y provocar anomalías en la conducción eléctrica.

A veces, un grupo puede desprenderse y extenderse a otras áreas, como los riñones, los pulmones y el cerebro.

Un problema o procedimiento dental que resulte en una infección puede desencadenarlo. La mala salud de los dientes o las encías aumenta el riesgo de endocarditis, ya que esto facilita la entrada de bacterias. Una buena higiene dental ayuda a prevenir infecciones cardíacas.

Otros procedimientos quirúrgicos pueden permitir la entrada de bacterias, incluidas pruebas para examinar el tracto digestivo, por ejemplo, una colonoscopia. Los procedimientos que afectan el tracto respiratorio, el tracto urinario, incluidos los riñones, la vejiga y la uretra, la piel, los huesos y los músculos, también son factores de riesgo.

Un defecto cardíaco puede aumentar el riesgo de desarrollar endocarditis si las bacterias ingresan al cuerpo. Esto puede incluir un defecto de nacimiento, una válvula cardíaca anormal o tejido cardíaco dañado. Las personas con una válvula cardíaca artificial tienen un mayor riesgo.

Una infección bacteriana en otra parte del cuerpo, por ejemplo, una llaga en la piel o una enfermedad de las encías, puede provocar la propagación de bacterias. La inyección de drogas con agujas sucias es un factor de riesgo. Cualquiera que desarrolle sepsis tiene riesgo de endocarditis.

Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como la clamidia o la gonorrea, facilitan que las bacterias ingresen al cuerpo y lleguen al corazón.

Una infección por hongos por cándida puede causar endocarditis.

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o cualquier trastorno intestinal también pueden aumentar el riesgo, pero el riesgo de que una persona con EII desarrolle endocarditis sigue siendo bajo.

Las herramientas quirúrgicas o médicas utilizadas en el tratamiento, como un catéter urinario o medicamentos intravenosos a largo plazo, pueden aumentar el riesgo.

Síntomas

Los síntomas varían de una persona a otra y los síntomas individuales pueden cambiar con el tiempo.

En la endocarditis subaguda, los síntomas aparecen lentamente durante varias semanas y posiblemente varios meses.

En raras ocasiones, la infección se desarrolla rápidamente y los síntomas aparecen de forma abrupta. Esto se llama endocarditis aguda y los síntomas tienden a ser más graves.

La endocarditis es difícil de diagnosticar. Los síntomas pueden variar en gravedad, según el tipo de bacteria u hongo que cause la infección. Los pacientes con problemas cardíacos subyacentes tienden a presentar síntomas más graves.

Los síntomas pueden incluir:

Los síntomas incluyen fiebre, dolor de pecho y fatiga.
  • una temperatura alta o fiebre
  • un soplo cardíaco nuevo o diferente
  • dolor muscular
  • sangrado debajo de las uñas de las manos o de los pies
  • vasos sanguíneos rotos en los ojos o la piel
  • Dolor de pecho
  • tosiendo
  • dolor de cabeza
  • dificultad para respirar o jadeo
  • pequeños bultos o nódulos dolorosos, rojos o morados, en los dedos de las manos, los pies o ambos
  • manchas pequeñas, indoloras y planas en la planta de los pies o las palmas de las manos
  • pequeñas manchas de vasos sanguíneos rotos debajo de las uñas, en la parte blanca de los ojos, en el pecho, en el paladar y en el interior de las mejillas
  • sudoración, incluidos los sudores nocturnos
  • hinchazón de las extremidades o el abdomen
  • sangre en la orina
  • debilidad, cansancio y fatiga
  • pérdida de peso inesperada

Es posible que estos síntomas no sean específicos de la endocarditis.

Diagnóstico

El médico preguntará sobre el historial médico del paciente e identificará cualquier posible problema cardíaco y procedimientos o pruebas médicas recientes, como operaciones, biopsias o endoscopias.

También buscarán fiebre, nódulos y otros signos y síntomas, como un soplo cardíaco o un soplo cardíaco alterado si el paciente ya tenía uno.

Es posible que se utilicen una serie de pruebas para confirmar la endocarditis. Los síntomas de la endocarditis pueden superponerse con los de otras afecciones, por lo que es posible que sea necesario descartarlos primero. Esto puede tomar algo de tiempo.

Se pueden realizar las siguientes pruebas:

  • Prueba de hemocultivo: para detectar bacterias u hongos en la sangre del paciente. Si se encuentra alguno, generalmente se prueba con algunos antibióticos para determinar cuál es el mejor tratamiento.
  • Velocidad de sedimentación globular (VSG): mide la rapidez con la que las células sanguíneas caen al fondo de un tubo de ensayo lleno de líquido. Cuanto más rápido caen, más probable es que haya una afección inflamatoria, como la endocarditis. La mayoría de los pacientes con endocarditis tienen una VSG elevada. La sangre llega al fondo del líquido más rápido de lo normal.
  • Ecocardiograma: las ondas sonoras producen imágenes de las partes del corazón, incluidos los músculos, las válvulas y las cavidades. Esto muestra la estructura y el funcionamiento del corazón con más detalle. Un ecocardiograma puede revelar grupos de bacterias y células, conocidas como vegetaciones, y tejido cardíaco infectado o dañado.

Una tomografía computarizada puede ayudar a identificar cualquier absceso en el corazón.

Complicaciones

Las complicaciones son más probables si la endocarditis no se trata o si el tratamiento se retrasa.

  • Las válvulas cardíacas dañadas aumentan el riesgo de insuficiencia cardíaca.
  • Si los ritmos cardíacos se ven afectados, pueden producirse arritmias o latidos cardíacos irregulares.
  • La infección se puede diseminar dentro del corazón y a otros órganos, como los riñones, los pulmones y el cerebro.
  • Si las vegetaciones se rompen, pueden viajar a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo y causar infecciones y abscesos en otras partes.

La vegetación que llega al cerebro y se atasca allí puede causar un derrame cerebral o ceguera. Un gran fragmento de vegetación puede atascarse en una arteria y bloquear el flujo sanguíneo.

Factores de riesgo

Una persona puede tener un mayor riesgo de desarrollar endocarditis si:

  • tiene una afección o enfermedad cardíaca existente
  • ha tenido una cirugía de reemplazo cardíaco o ha recibido una válvula cardíaca artificial
  • ha tenido una enfermedad, como fiebre reumática, que dañó una válvula cardíaca
  • ha recibido un marcapasos
  • ha recibido medicamentos por vía intravenosa con regularidad
  • está convaleciente después de una enfermedad bacteriana grave, como meningitis o neumonía
  • tienen un sistema inmunológico que está crónicamente suprimido, por ejemplo, debido a la diabetes o el VIH, o si tienen cáncer o están recibiendo quimioterapia

A medida que las personas envejecen, las válvulas cardíacas se degeneran, lo que aumenta el riesgo de endocarditis.

Perspectiva y prevención

La endocarditis no tratada siempre es fatal, pero con un tratamiento temprano, que implica un uso agresivo de antibióticos, la mayoría de los pacientes sobreviven.

Sin embargo, aún puede ser fatal en personas mayores, pacientes con una afección subyacente y aquellos cuya infección involucra un tipo de bacteria resistente.

El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) alienta a las personas que están en riesgo de endocarditis a realizarse chequeos dentales regulares y a cepillarse los dientes y usar hilo dental con regularidad.

Desde 2007, la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) ha recomendado que las personas con alto riesgo de endocarditis reciban antibióticos antes de someterse a procedimientos dentales.

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