¿Por qué surge la enfermedad mental? Pistas encontradas en el cerebro visual

La calidad de la comunicación entre las partes del cerebro que procesan y dan sentido a la visión podría ser vital para la salud mental.

La mala comunicación en ciertas áreas del cerebro afecta la salud mental.

Así concluyó un estudio de imágenes cerebrales, dirigido por investigadores de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, que ahora se publica en la revista. Psiquiatría biológica.

Descubrieron que el riesgo de enfermedad mental aumenta cuando la corteza visual del cerebro no se comunica adecuadamente con las redes de "orden superior" que nos ayudan a planificar y concentrarnos en las tareas y pensar en nosotros mismos.

La corteza visual es la parte del cerebro que recibe y procesa la información visual que proviene de los ojos.

Los investigadores se sorprendieron con este hallazgo porque, como explica el primer autor Maxwell L. Elliott, un estudiante de posgrado en psicología y neurociencia, "no se suele asociar el procesamiento visual con la psicopatología".

Él y su equipo creen que una mejor comprensión de lo que sucede en el cerebro para hacer que las personas sean más susceptibles a las enfermedades mentales podría ayudar a los médicos a elegir y enfocar los tratamientos con mayor eficacia.

"Conexiones funcionales" y "factor p"

El estudio se propuso examinar cómo las "conexiones funcionales" en el cerebro se relacionaban con una puntuación de "factor p" de la enfermedad mental. El factor p es una nueva forma de ver los trastornos mentales que desafía la visión tradicional de que son distintos y separados.

Los defensores del factor p proponen que la enfermedad mental es un "continuo" en el que las personas que tienen síntomas de un trastorno mental tienen más probabilidades de tener síntomas de otros trastornos.

Alguien que tiene síntomas de ansiedad, por ejemplo, es más probable que informe síntomas de trastorno bipolar o depresión.

La "p" significa psicopatología, y el término factor p se propone porque es paralelo a la idea del "factor g" para la inteligencia general. Por tanto, cuanto mayor sea el factor p, mayor será el riesgo de psicopatología o enfermedad mental.

En trabajos anteriores, el equipo había elaborado mapas de la estructura del cerebro en relación con las puntuaciones del factor p.

Esos mapas mostraron que las puntuaciones más altas del factor p estaban relacionadas con la reducción de la integridad y el volumen de materia blanca y gris en áreas del cerebro que están involucradas en la coordinación del movimiento con señales provenientes del mundo exterior, incluida la visión.

Mayor factor p, menor conectividad funcional

Para el nuevo estudio, el equipo utilizó datos de 605 estudiantes de pregrado que participaron en el Estudio de Neurogenética de Duke, que investiga los vínculos entre los mecanismos biológicos y el riesgo de trastornos mentales midiendo los genes, el comportamiento, la experiencia y el cerebro.

Los participantes realizaron dos exámenes: uno en el que un escáner de resonancia magnética registró imágenes del flujo sanguíneo en el cerebro y otro en el que completaron una batería de pruebas de salud mental para determinar su puntaje de factor p.

Cuanto mayor sea el número de síntomas que informó un individuo, mayor será su puntuación del factor p. Todos los que fueron diagnosticados con un trastorno mental "fueron remitidos para recibir tratamiento".

Al medir el flujo sanguíneo cerebral en las imágenes de resonancia magnética, los investigadores pudieron evaluar la "conectividad funcional" del cerebro o qué tan bien interactuaban las diferentes partes del cerebro entre sí.

Su sofisticado análisis estadístico reveló un vínculo consistente entre puntuaciones de factor p más altas y conectividad funcional reducida entre cuatro regiones en la corteza visual que son importantes para ayudarnos a reconocer y dar sentido a lo que vemos.

Una investigación adicional reveló que la conectividad funcional más deficiente no se limitaba a las regiones de la corteza visual, sino que también se producía entre esas regiones y las redes de orden superior que respaldan el "control ejecutivo y los procesos autorreferenciales".

Estas redes son importantes para planificar y centrarse en tareas y objetivos y para la introspección.

Los investigadores señalan que estas redes "a menudo se ven afectadas" en diferentes tipos de trastornos mentales.

Los humanos son "animales muy visuales"

Elliot explica que, en comparación con los perros y los ratones, los humanos somos "animales muy visuales" y que gran parte de nuestra atención se concentra en "filtrar información visual".

Para que podamos mantenernos enfocados, las redes de orden superior tienen que hablar con las redes visuales y decirles, por ejemplo, que ignoren detalles, como una luz parpadeante, que no son relevantes para la tarea actual.

Los investigadores creen que el enfoque que utilizaron en el estudio podría algún día ayudar a diagnosticar enfermedades mentales en entornos clínicos.

No se requieren procedimientos invasivos para echar un vistazo a los circuitos cerebrales; una persona simplemente se sienta dentro de la máquina de resonancia magnética durante unos 10 minutos.

Sin embargo, los autores también señalan que todavía queda mucho trabajo por hacer. Necesitan repetir el estudio con grupos más grandes antes de poder decir si los hallazgos son típicos de la población en general.

"Cuanto más podamos mapear el factor p en el cerebro y comprender cómo influye en la enfermedad mental, más podremos encontrar nuevas formas de intervención".

Maxwell L. Elliott

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