¿Qué tipos de dolor puede causar el VIH?

Varias formas de dolor son más comunes entre las personas que viven con el VIH. Los tipos de dolor relacionados con el VIH dependen de las causas específicas y pueden incluir dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y calambres abdominales.

El dolor puede tener un efecto profundo en la calidad de vida general y el funcionamiento diario de las personas. Es importante que los proveedores de atención médica identifiquen las causas del dolor en las personas con VIH y traten de encontrar tratamientos efectivos para ellas.

Las investigaciones han descubierto que, aunque ahora se dispone de una terapia antirretroviral eficaz, las personas que viven con el VIH tienen más probabilidades de manifestar dolor que las que no lo tienen.

Comprender la fuente del dolor y recibir un tratamiento eficaz puede mejorar enormemente la salud física y mental de una persona.

En este artículo, discutimos las causas y los tipos de dolor relacionado con el VIH. También analizamos las opciones de tratamiento y sugerimos remedios caseros que pueden ayudar.

Causas

Francesco Sambati / EyeEm / Getty Images

Existen diferentes causas de dolor relacionado con el VIH, y el tipo, la ubicación y la gravedad del dolor pueden variar entre las personas.

El VIH es un virus que ataca al sistema inmunológico, que protege al cuerpo de infecciones y enfermedades. Sin tratamiento, el sistema inmunológico se vuelve cada vez menos capaz de combatir las infecciones.

El dolor a corto plazo puede ser el resultado de diversas infecciones, lesiones o cirugías secundarias. Este dolor generalmente desaparece una vez que el cuerpo se recupera, y los tratamientos y cuidados efectivos pueden acelerar la recuperación.

Muchas personas que viven con el VIH experimentan dolor crónico o prolongado. En un estudio que siguió a 238 personas que vivían con el VIH, el 53% de los participantes informaron haber tenido dolor crónico en los últimos 6 meses. Los sitios de dolor primario más comunes incluyeron las articulaciones y la espalda.

El dolor crónico en las personas que viven con el VIH puede ser el resultado de:

  • los efectos directos del VIH en el cuerpo
  • daño a los nervios, también conocido como neuropatía periférica
  • infecciones oportunistas
  • un efecto secundario de los tratamientos contra el VIH

Lea aquí sobre las infecciones oportunistas y las posibles complicaciones del VIH.

Tipos de dolor relacionado con el VIH

El dolor relacionado con el VIH se manifiesta de diversas formas. Las personas que viven con el VIH pueden experimentar dolor como resultado del virus en sí o como efecto secundario del tratamiento del VIH y otros medicamentos.

Las personas con VIH no tratado corren el riesgo de desarrollar infecciones secundarias que pueden causar inflamación y síntomas dolorosos.

Los tipos de dolor que comúnmente afectan a las personas con VIH incluyen:

  • Dolor de cabeza: el dolor puede variar de leve a severo y puede presentarse como una presión intensa, opresión o una sensación punzante. Los recuentos bajos de células CD4, las infecciones u otras enfermedades relacionadas con el VIH pueden causar dolores de cabeza.
  • Dolor de articulaciones, músculos y huesos: el VIH puede estar asociado con artritis y osteoporosis, las cuales pueden causar dolor en las articulaciones, músculos y huesos. Este tipo de dolor también puede ocurrir con el envejecimiento.
  • Dolor de estómago: sin tratamiento, el VIH puede debilitar el sistema inmunológico, dejando al cuerpo vulnerable a las infecciones oportunistas. Estas infecciones a veces ocurren en el tracto gastrointestinal y causan síntomas dolorosos, como inflamación y dolor de estómago. Algunos tratamientos contra el VIH también pueden causar calambres abdominales dolorosos.

El VIH puede dañar los nervios periféricos, lo que puede provocar un trastorno neurológico conocido como neuropatía periférica. En las personas que viven con el VIH, los médicos a veces también se refieren a esta afección como neuropatía del VIH.

La neuropatía periférica es la complicación neurológica más común en adultos con VIH. Según un estudio, la vejez y el tabaquismo aumentan el riesgo de que una persona desarrolle neuropatía periférica.

Algunos síntomas de la neuropatía periférica incluyen:

  • entumecimiento o dolor en las manos y los pies
  • debilidad muscular en manos y pies
  • entumecimiento u hormigueo en las extremidades
  • mayor sensibilidad al dolor

Para obtener información y recursos más detallados sobre el VIH y el SIDA, visite nuestro centro dedicado.

Tratamiento

Hay muchas formas de controlar el dolor relacionado con el VIH. Los médicos pueden recetar medicamentos para reducir los síntomas dolorosos.

Las personas que viven con el VIH también pueden comprar analgésicos de venta libre (OTC), pero deben hablar con su médico antes de comenzar con cualquier medicamento o suplemento nuevo. Las terapias no medicinales y los remedios caseros también pueden brindar alivio a algunas personas.

Los tratamientos específicos pueden atacar los síntomas y las causas de las infecciones oportunistas. Dependiendo del tipo de infección, estos pueden incluir medicamentos antivirales, antibióticos o medicamentos antimicóticos.

Discutimos los diferentes tipos de tratamientos a continuación:

Terapia antirretroviral

Cuando una persona toma terapia antirretroviral de manera constante y de acuerdo con su prescripción, puede reducir la cantidad del virus en el cuerpo a niveles muy bajos.

Cuando la carga viral se vuelve indetectable, el virus ya no daña el sistema inmunológico y no se puede propagar a otras personas.

Tomar terapia antirretroviral de manera constante puede ayudar a mantener el cuerpo sano y reducir el riesgo de infecciones oportunistas, lo que puede prevenir diversas causas de dolor.

Medicamentos para el dolor

Algunos medicamentos que tratan el VIH pueden aumentar la sensibilidad al dolor de una persona o causar efectos secundarios incómodos. Si los efectos secundarios son intolerables, un proveedor de atención médica puede cambiar la medicación de la persona. También pueden recomendar analgésicos recetados o de venta libre.

Las opciones de analgésicos incluyen:

Medicamentos no opioides

Una amplia variedad de analgésicos no opioides están disponibles tanto de venta libre como con receta. Los ejemplos comunes incluyen acetaminofén, aspirina e ibuprofeno. También se encuentran disponibles analgésicos tópicos, como geles, cremas o parches.

Opioides

Como estos son el tipo más fuerte de analgésicos, solo están disponibles con receta médica. Los opioides pueden causar efectos secundarios, como somnolencia, náuseas y estreñimiento. Es esencial seguir las instrucciones del médico al tomar opioides para prevenir complicaciones y sobredosis.

Terapias no medicinales

Otras posibles formas de aliviar el dolor incluyen:

  • acupuntura
  • masaje
  • terapia cognitivo-conductual (TCC)

Algunas personas también pueden beneficiarse de unirse a un grupo de apoyo para el dolor crónico, ya que los otros miembros podrán ofrecer apoyo y comprensión. También pueden tener consejos útiles sobre el alivio del dolor para compartir.

Remedios caseros

Algunas formas de controlar el dolor relacionado con el VIH en el hogar incluyen:

  • practicar técnicas de relajación, como meditación y ejercicios de respiración consciente
  • aplicar compresas frías y calientes en el área afectada
  • tomar baños calientes cuando sea necesario
  • participar en actividad física regular
  • identificar y reducir las causas del estrés
  • limitar el consumo de alcohol
  • dejar de fumar, si corresponde

Algunos remedios a base de hierbas pueden interactuar con los medicamentos antirretrovirales. Debido a esto, es mejor hablar con un proveedor de atención médica antes de tomar cualquier remedio natural o a base de hierbas.

Lea aquí sobre tratamientos alternativos para el VIH.

Resumen

El dolor es un síntoma común del VIH y es diferente para todos. El dolor puede resultar de los efectos del virus en sí, así como de las complicaciones del VIH y los efectos secundarios del tratamiento del VIH.

El dolor es tratable, pero requiere un enfoque individualizado. Los proveedores de atención médica pueden determinar la causa del dolor y recomendar un plan de tratamiento. Este plan puede implicar ajustar los tratamientos actuales contra el VIH o tomar analgésicos recetados.

Los remedios caseros y las terapias alternativas, como la acupuntura y los masajes, también pueden ayudar a las personas a controlar el dolor.

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