Qué saber sobre los dolores de cabeza posicionales

Un dolor de cabeza posicional es un tipo de dolor de cabeza que generalmente ocurre al sentarse o levantarse y desaparece poco después de acostarse. Los dolores de cabeza posicionales también se conocen como dolores de cabeza ortostáticos, posturales y de baja presión.

Las fugas de líquido cefalorraquídeo (LCR) suelen ser la causa de los dolores de cabeza posicionales, pero varias otras afecciones pueden causarlos. Estos incluyen afecciones que afectan los tejidos conectivos, los huesos y el sistema nervioso.

Este artículo cubre los síntomas y las causas de los dolores de cabeza posicionales, así como las opciones de tratamiento disponibles.

Síntomas

Un dolor de cabeza posicional a menudo ocurre cuando una persona está de pie.

La mayoría de los dolores de cabeza posicionales provocan un dolor que empeora cuando la persona está de pie y desaparece después de estar acostada durante unos 20 a 30 minutos.

Algunas personas con dolores de cabeza posicionales pueden despertarse por la mañana con un dolor de cabeza leve que empeora a lo largo del día.

Tampoco es inusual que la naturaleza posicional de los dolores de cabeza desaparezca o se debilite con el tiempo.

Los dolores de cabeza posicionales tienden a causar dolor en la parte posterior de la cabeza, aunque también pueden afectar la parte frontal de la cabeza, solo un lado o toda la cabeza. Las personas describen el dolor asociado con los dolores de cabeza posicionales como:

  • grave
  • similar a la presión
  • palpitante
  • golpeteo
  • puñalada
  • dolor

Ciertas acciones y actividades pueden empeorar los síntomas del dolor de cabeza. Éstos incluyen:

  • toser o estornudar
  • ejercicios extenuantes
  • actividades sexuales
  • agachado
  • levantamiento
  • alcanzando
  • esfuerzo durante una evacuación intestinal

Causas

Esta sección cubre algunas causas específicas de los dolores de cabeza posicionales.

Fuga de LCR

La causa de un dolor de cabeza posicional suele ser una presión baja del líquido cefalorraquídeo dentro de la cabeza, que se produce en una afección llamada hipotensión intracraneal. La hipotensión intracraneal generalmente se relaciona con una pérdida o desequilibrio del LCR.

El LCR protege el cerebro y la médula espinal dentro de membranas especiales llamadas meninges. Estas meninges evitan que el cerebro y la médula espinal entren en contacto con las estructuras óseas durante el movimiento.

Cuando algo daña las meninges, puede permitir que el líquido cefalorraquídeo se filtre hacia el cuerpo, reduciendo el volumen y la presión del líquido.

Este cambio de presión puede reducir la posición del cerebro. Esto significa que es más probable que el cerebro entre en contacto con estructuras sensibles al dolor en la cabeza o la columna.

La mayoría de los dolores de cabeza posicionales se desarrollan mientras una persona está sentada o de pie. Esto se debe a que una gran cantidad de líquido cefalorraquídeo circulante rodea la médula espinal, y cuando alguien con niveles reducidos de líquido cefalorraquídeo está de pie o sentado, sus niveles de líquido cefalorraquídeo se reducen aún más. Esto aumenta el riesgo de dolor de cabeza posicional.

Un médico normalmente descartará una fuga de LCR antes de buscar otras causas potenciales.

Dolores de cabeza cervicogénicos

Los dolores de cabeza posicionales a veces pueden deberse a problemas estructurales o afecciones que afectan partes del cuello, en lugar de la cabeza misma.

Por ejemplo, el dolor de cabeza podría desarrollarse debido a problemas con:

  • discos intervertebrales
  • tejidos conectivos
  • nervios y vasos sanguíneos
  • articulaciones facetarias
  • músculos esqueléticos

Síndrome de taquicardia ortostática postural

Esta es una condición que involucra la disfunción del sistema nervioso autónomo, que regula procesos importantes como la función cardíaca y el equilibrio de líquidos.

El síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS) provoca latidos cardíacos rápidos y cambios en la presión arterial cuando la persona está de pie. Puede desarrollarse después de que alguien con una fuga de LCR u otra afección debilitante haya tenido que permanecer acostado durante un período prolongado, como debido a una hospitalización.

Obtenga más información sobre POTS aquí.

Diagnóstico

Por lo general, un médico descartará una fuga de LCR antes de realizar pruebas para detectar otras afecciones. Lo harán haciendo preguntas sobre los síntomas de la persona, revisando su historial médico y solicitando pruebas de diagnóstico.

Algunas pruebas que los médicos pueden usar para detectar fugas de LCR incluyen resonancias magnéticas y tomografías computarizadas de mielografía.

Las imágenes por resonancia magnética utilizan fuertes campos magnéticos para crear una imagen que revela patrones típicos de fuga de LCR en alrededor del 80% de los casos. Mientras tanto, las exploraciones de mielografía por TC utilizan rayos X especiales y un tinte de contraste para crear imágenes detalladas que pueden revelar daños, anomalías o fugas.

Para descartar POTS, un médico también puede ordenar una prueba de Trendelenburg. Esto involucra a la persona acostada sobre una mesa de examen que alterna entre estar horizontal y bajar la cabeza. Durante esta prueba, un médico controlará la frecuencia cardíaca y la presión arterial de la persona.

Tratamiento

La mejor opción de tratamiento para los dolores de cabeza posicionales depende de la causa subyacente.

Los tratamientos para las fugas de LCR varían según su gravedad y la ubicación de la fuga.

Los casos de LCR de leves a moderados pueden responder a una variedad de remedios relacionados con el estilo de vida, que incluyen:

  • descansar en cama o permanecer en posición horizontal
  • beber muchos líquidos
  • someterse a fluidoterapia intravenosa (IV)
  • evitar actividades extenuantes, como levantar objetos pesados
  • limitar las actividades de esfuerzo menores, si es posible, como toser o estornudar
  • beber cafeína o someterse a una terapia con cafeína intravenosa
  • probar productos de jengibre (para las náuseas)
  • comer una dieta sana y equilibrada
  • practicar técnicas de cuerpo y mente, como la meditación o el yoga
  • probando acupuntura
  • usando una faja abdominal para la compresión

Sin embargo, algunos síntomas de LCR de leves a moderados pueden mejorar sin ningún tratamiento.

Medicamento

Ciertos medicamentos también pueden ayudar a controlar los síntomas de las fugas de LCR.

Sin embargo, los investigadores aún deben probar la efectividad de la mayoría de estos. De hecho, algunos de estos medicamentos pueden conllevar graves riesgos para la salud, incluida la discapacidad.

Algunos medicamentos para los síntomas de fuga de LCR incluyen:

  • teofilina
  • medicamentos contra las náuseas como ondansetrón
  • analgésicos no opiáceos

Parche de sangre epidural

Las personas con pérdidas de LCR también pueden necesitar un parche de sangre epidural (PBE). Este es un procedimiento en el que un médico inyecta de 10 a 100 mililitros de la propia sangre de una persona en el espacio epidural en su canal espinal.

Esto crea un parche en la capa externa de las meninges, que parece reducir la pérdida de LCR.

Un médico realizará un procedimiento de PBE en el lugar de una fuga, o en las partes media o inferior de la columna si no conocen la ubicación exacta de la fuga.

Los profesionales de la salud no saben exactamente por qué este procedimiento parece ayudar a controlar las fugas de LCR. Sin embargo, al menos, parece ayudar a aliviar los síntomas y confirmar el diagnóstico.

Las personas deben tratar de evitar actividades extenuantes o agacharse durante 4 a 6 semanas después de someterse a un procedimiento de PBE.

El parche de sangre generalmente brinda un alivio instantáneo de los síntomas, pero su efecto puede desaparecer, lo que provoca la necesidad de múltiples procedimientos.

Cirugía

En casos graves o crónicos, o cuando se conoce la ubicación precisa de la fuga, los médicos pueden realizar una cirugía. El tipo y la extensión de la cirugía dependen de factores individuales.

Pueden ser necesarios varios tipos diferentes de cirugía para extirpar o reparar anomalías estructurales o crecimientos anormales, como tumores, malformaciones o quistes.

Manejo de los síntomas

No existe cura para POTS. Sin embargo, puede ayudar aumentar el volumen de sangre y ayudar a regular las condiciones circulatorias.

Algunos medicamentos y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar en esto incluyen:

  • aumentar la ingesta de líquidos
  • hacer ejercicio regularmente a un ritmo gradual
  • aumentar la ingesta de sal
  • tomando fludrocortisona, si sigue una dieta alta en sal
  • tomando midodrina en dosis bajas
  • tomando betabloqueantes

Factores de riesgo

Es difícil reducir el riesgo de dolores de cabeza posicionales, aparte de practicar una buena seguridad, apegarse a hábitos saludables y abordar cualquier condición de salud subyacente.

Existen varios factores diferentes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una fuga de LCR, que es una causa común de dolores de cabeza posicionales. Éstos incluyen:

  • estornudar o toser con demasiada fuerza o con frecuencia
  • esforzarse demasiado durante el ejercicio o las actividades
  • paseos en montaña rusa y otras actividades espasmódicas que cambian de posición
  • procedimientos médicos, como punciones lumbares
  • fístulas o bolsas anormales de tejido
  • ciertas afecciones genéticas o hereditarias, como malformaciones de Chiari y enfermedad renal poliquística
  • Tumores o quistes en la cabeza, el cuello o la columna.

Cuando ver a un doctor

Para las afecciones que causan dolores de cabeza posicionales, recibir un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno generalmente reduce el riesgo de complicaciones graves.

Consulte a un médico lo antes posible o busque atención de emergencia si algún signo de advertencia de fugas de LCR o POTS acompañan a los dolores de cabeza posicionales.

Algunas señales de advertencia de una fuga de LCR incluyen:

  • náuseas y vómitos
  • dolor de cuello o rigidez
  • sensibilidad a la luz y al sonido
  • problemas de equilibrio
  • zumbido en los oídos, audición amortiguada o pérdida auditiva
  • dolor entre los omóplatos
  • niebla del cerebro
  • mareos o vértigo
  • dolor o entumecimiento facial
  • dolor o entumecimiento en los brazos o debajo de ellos
  • visión doble o visión borrosa
  • dolor de pecho o espalda
  • fatiga
  • cambios en el sabor de las cosas
  • secreción del pezón
  • latidos cardíacos acelerados o cambios rápidos en la presión arterial al cambiar de posición
  • desmayo al ponerse de pie

Resumen

Los dolores de cabeza posicionales generalmente ocurren mientras una persona está de pie o sentada en posición vertical y mejoran cuando se acuesta. Solo unas pocas condiciones pueden causarlos, sobre todo las fugas de LCR y POTS.

Algunas fugas de LCR se resuelven sin tratamiento, mientras que otras requieren cambios en el estilo de vida, medicamentos, procedimientos de PBE o reparaciones quirúrgicas.

Los tratamientos para la mayoría de las fugas de LCR tienden a ser exitosos, pero algunas personas pueden seguir teniendo síntomas y discapacidad después de varios tratamientos.

No existe cura para POTS, pero las personas pueden controlarlo haciendo cambios en el estilo de vida y tomando medicamentos para controlar la presión arterial y el volumen.

Para reducir el riesgo de complicaciones, hable con un médico sobre cualquier dolor de cabeza inexplicable, crónico o intenso, especialmente aquellos que cambian con la posición.

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