Qué saber sobre la bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es una afección de salud mental y un trastorno alimentario graves. Sin tratamiento, puede poner en peligro la vida.

El sexo y el género existen en los espectros. Este artículo utilizará los términos "masculino", "femenino" o ambos para referirse al sexo asignado al nacer. Clic aquí para saber más.

Una persona con bulimia nerviosa come grandes cantidades en períodos cortos y luego intenta compensarlo haciendo ejercicio excesivo, ayunando o purgándose, por ejemplo. La purga puede implicar vómitos o el uso de laxantes o diuréticos.

Las estadísticas sugieren que la bulimia nerviosa afecta al 1% de las mujeres y al 0,1% de los hombres en cualquier momento. En promedio, se desarrolla al final de la adolescencia o al principio de los 20, pero puede hacerlo en cualquier momento.

A continuación, obtenga información sobre las complicaciones, las opciones de tratamiento, los recursos para la recuperación y más.

¿Qué es la bulimia nerviosa?

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Esta condición tiene dos síntomas principales. El primero implica comer regularmente una gran cantidad de alimentos en períodos cortos, generalmente en intervalos de 2 horas.

A esto a veces se le llama atracones, y durante estos períodos, una persona puede sentirse incapaz de dejar de comer.

El segundo síntoma implica tomar medidas para compensar la sobrealimentación, como purgarse, ayunar o hacer mucho ejercicio.

Síntomas

Las personas con bulimia nerviosa a menudo tienen lo que los médicos consideran un índice de masa corporal (IMC) saludable. Esto puede dificultar saber si una persona tiene bulimia.

Alguien con bulimia ingiere grandes cantidades de alimentos durante períodos cortos. Luego toman medidas para compensar, como ayunar, hacer ejercicio excesivo, vomitar o usar laxantes o diuréticos.

También pueden preocuparse por aumentar de peso y experimentar cambios de humor y aislamiento social.

Las deficiencias nutricionales, los desequilibrios químicos y los efectos sobre el sistema digestivo pueden provocar signos y síntomas físicos. Estos pueden desarrollarse con el tiempo e incluir:

  • uñas quebradizas
  • cabello y piel secos
  • debilidad
  • fatiga
  • problemas dentales, debido al impacto del ácido del estómago en los dientes
  • menstruación irregular
  • ganglios linfáticos inflamados
  • estreñimiento y otros problemas relacionados con el intestino
  • un dolor de garganta persistentemente inflamado
  • glándulas salivales inflamadas en el cuello y la mandíbula
  • reflujo ácido
  • problemas de riñon
  • espasmos musculares
  • huesos que se fracturan fácilmente debido a la osteoporosis
  • un desequilibrio de electrolitos, lo que aumenta el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral
  • problemas del corazón
  • deshidratación severa
  • convulsiones

La bulimia a menudo implica otro problema de salud mental, como ansiedad o depresión. Sin tratamiento, estos también pueden causar complicaciones.

La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (NEDA) enumera una serie de signos que podrían indicarle a otra persona que una persona tiene bulimia. Éstos son algunos de ellos:

  • preocupación excesiva por la pérdida de peso, la dieta y el control de los alimentos
  • comida desapareciendo
  • comida que aparece en lugares inusuales
  • signos de comer en secreto, como envases de alimentos vacíos en la basura
  • visitas regulares al baño inmediatamente después de comer
  • signos de vómitos frecuentes
  • preferir comer solo o comer poco con otros
  • rituales relacionados con la comida o la alimentación, elecciones, como masticar en exceso o comer solo un grupo de alimentos

La persona puede ser consciente de que tiene un problema, pero se siente incapaz de hablar con nadie al respecto.

Cualquiera que sospeche que un ser querido puede tener bulimia puede comenzar por comunicarse con un médico o un proveedor de salud mental. Además, NEDA proporciona una guía de "Cómo ayudar" con recursos, así como información sobre las etapas de recuperación.

Tratamiento

El tratamiento para la bulimia puede ser a largo plazo. Abordará la salud mental de la persona y cualquier problema físico subyacente. El enfoque incluirá asesoramiento nutricional y posiblemente medicamentos.

Antes de comenzar, la persona debe reconocer que existe el problema. Cuanto antes comience el tratamiento, es menos probable que la persona experimente complicaciones a largo plazo.

Muchas personas se recuperan de los trastornos alimentarios. Es importante tener en cuenta que la recuperación puede llevar tiempo y ser un desafío. Los eventos estresantes de la vida pueden desencadenar recaídas.

Los seres queridos pueden ayudar aprendiendo todo lo que puedan sobre la bulimia y otros trastornos alimentarios y brindando empatía y apoyo. Hay disponibles líneas de ayuda y recursos para la persona y sus amigos y familiares.

El tratamiento puede involucrar:

Asesoramiento

La terapia cognitivo-conductual, que a veces se denomina TCC, puede ayudar a una persona a identificar y abordar los patrones de pensamiento que conducen a hábitos alimentarios poco saludables.

La terapia interpersonal sitúa la bulimia en un contexto social e interpersonal. Aborda problemas subyacentes como el duelo y los conflictos interpersonales.

El apoyo de familiares y amigos puede jugar un papel clave durante la recuperación. El Método Maudsley es una forma de terapia que se enfoca en cómo los miembros de la familia pueden ayudar a su ser querido a establecer hábitos alimenticios saludables.

Medicamentos

Los antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo pueden ayudar a tratar los trastornos alimentarios, así como la ansiedad y la depresión.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado la fluoxetina (Prozac) como tratamiento para la bulimia nerviosa, pero los expertos piden el desarrollo de terapias más dirigidas.

Hospitalización

En algunos casos, es posible que la persona deba pasar un tiempo en el hospital. Esto podría ser necesario si las complicaciones físicas de la bulimia se han vuelto graves o si existe riesgo de autolesión o suicidio.

Encuentre recursos que apoyen a las personas con trastornos alimentarios y otras afecciones de salud mental.

Prevención del suicidio

Si conoce a alguien en riesgo inmediato de autolesión, suicidio o lastimar a otra persona:

  • Haga la pregunta difícil: "¿Está considerando el suicidio?"
  • Escuche a la persona sin juzgar.
  • Llame al 911 o al número local de emergencias, o envíe un mensaje de texto con TALK al 741741 para comunicarse con un consejero de crisis capacitado.
  • Quédese con la persona hasta que llegue la ayuda profesional.
  • Trate de quitarse cualquier arma, medicamento u otros objetos potencialmente dañinos.

Si usted o alguien que conoce tiene pensamientos suicidas, una línea directa de prevención puede ayudar. La Línea Nacional de Prevención del Suicidio está disponible las 24 horas del día al 800-273-8255. Durante una crisis, las personas con problemas de audición pueden llamar al 800-799-4889.

Haga clic aquí para obtener más enlaces y recursos locales.

Causas y factores de riesgo

Los médicos no están seguros de por qué se desarrolla la bulimia. Puede provenir de una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y de comportamiento.

Lo que está claro es que la bulimia nerviosa es una condición de salud mental: los comportamientos de la persona son una forma de lidiar con el estrés emocional.

Factores genéticos

El Instituto Nacional de Salud Mental observa que los trastornos alimentarios parecen ser hereditarios, lo que sugiere que los factores genéticos pueden influir.

Factores biologicos

Un estudio de 2013 que utilizó tecnología de imágenes cerebrales informó diferencias en las respuestas cerebrales entre las mujeres con bulimia y las que no la padecían, a quienes se les mostraron imágenes de mujeres delgadas. Los resultados sugieren que existe un procesamiento cerebral diferente entre las personas con bulimia.

Además, los trastornos alimentarios a menudo surgen durante la pubertad, una época de importantes cambios hormonales y una mayor conciencia del cuerpo. Los hallazgos de un estudio de 2007 sugieren que los cambios en las hormonas ováricas pueden aumentar el riesgo.

Factores medioambientales

Las personas que experimentan abuso sexual o críticas a su cuerpo o hábitos alimenticios pueden tener más probabilidades de desarrollar bulimia.

Otros factores ambientales pueden incluir la presión social para aspirar a ciertas normas físicas, que a menudo son antinaturales y poco realistas. Además, las presiones de los deportes y otras actividades pueden influir, especialmente aquellas que enfatizan el peso.

Otras condiciones

Las condiciones asociadas con la bulimia incluyen:

  • Desorden de personalidad
  • desórdenes de ansiedad
  • depresión
  • trastorno de estrés postraumático o TEPT
  • trastorno obsesivo compulsivo o TOC

Estas afecciones pueden desarrollarse al mismo tiempo que un trastorno alimentario o antes o después. Pueden resultar de la bulimia o contribuir a ella.

Diagnóstico

Un diagnóstico temprano puede mejorar las posibilidades de una recuperación completa. El diagnóstico puede ser un desafío porque el IMC de la persona puede estar en el rango normal o con sobrepeso, y es posible que se cuide de ocultar sus hábitos alimenticios.

Si alguien busca ayuda médica para la bulimia, es probable que el médico:

  • preguntar sobre su salud física y mental
  • considerar sus antecedentes médicos personales y familiares
  • realizar un examen físico

Además, las pruebas de diagnóstico pueden ayudar a descartar otras enfermedades o afecciones subyacentes.

Si el médico sospecha que la persona tiene bulimia nerviosa, puede derivarla a un especialista en salud mental.

Criterios de diagnóstico

los Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición enumera los criterios de diagnóstico que utilizan los médicos para determinar si una persona tiene bulimia.

Para recibir el diagnóstico, la persona debe:

  • experimenta episodios recurrentes de atracones que se sienten incapaces de controlar
  • usar estrategias compensatorias para prevenir el aumento de peso, como vómitos, ayuno, ejercicio excesivo o uso indebido de enemas, laxantes, diuréticos u otros medicamentos
  • ha estado tomando atracones y purgando al menos una vez a la semana durante los últimos 3 meses
  • tienen sentimientos de autoestima que están excesivamente influenciados por la forma y el peso de su cuerpo
  • no tener anorexia nerviosa

Es importante tener en cuenta que una persona puede tener un trastorno alimentario, incluso si no cumple con estos criterios.

panorama

Con tratamiento, muchas personas se recuperan de los trastornos alimentarios. Sin embargo, la recuperación puede llevar meses o años y las recaídas son comunes.

Algunas investigaciones indican que el 55% de las personas que buscaron tratamiento para la bulimia se habían recuperado 5 años después.

Cuanto antes una persona busque tratamiento, más probabilidades tendrá de recuperarse y evitar complicaciones. El apoyo de familiares y amigos puede ser clave.

Resumen

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario y una afección de salud mental que puede ser grave.

Hay ayuda disponible para cualquier persona que pueda tener bulimia, así como para sus seres queridos. Buscar tratamiento y apoyo temprano puede mejorar las posibilidades de una recuperación completa sin complicaciones.

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