Los noctámbulos pueden experimentar 'jet lag' a diario

¿Eres una de esas personas que se acuesta tarde y se despierta igualmente tarde? Si es así, es posible que se sienta aliviado al saber que un estudio ha confirmado que este es su ritmo natural. Sin embargo, en el mundo laboral actual, esto puede tener efectos graves debido a cómo está conectado su cerebro.

Los noctámbulos pueden estar en desventaja en comparación con los madrugadores, encuentra una nueva investigación.

Algunas personas se declaran alondras matutinas, o madrugadores, y se despiertan sin esfuerzo al amanecer y se duermen más temprano en la noche.

Otros, sin embargo, son noctámbulos o nocturnos, que permanecen despiertos hasta las primeras horas de la mañana y se despiertan más tarde en el día, si se les deja solos.

Investigaciones anteriores han demostrado que los noctámbulos enfrentan algunos riesgos para la salud debido a sus ritmos diarios. Estos incluyen una tendencia hacia hábitos alimentarios más pobres, lo que, a su vez, puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas, como la diabetes.

Ahora, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido ha descubierto cómo los patrones de actividad en el cerebro de los noctámbulos son diferentes a los de las personas matutinas. El estudio también destaca cómo estas diferencias pueden afectar sus vidas y niveles de productividad en un mundo que generalmente favorece a los madrugadores.

"Un gran número de personas luchan por ofrecer su mejor desempeño durante el trabajo o el horario escolar para el que no se adaptan naturalmente", señala la investigadora principal, la Dra. Elise Facer-Childs, anteriormente de la Universidad de Birmingham y ahora con sede en el Instituto Monash de Cognitivo y Clínico Neurociencias en Melbourne, Australia.

“Existe una necesidad crítica de incrementar nuestra comprensión de estos temas a fin de minimizar los riesgos para la salud en la sociedad, así como maximizar la productividad”, enfatiza.

Los investigadores ahora han publicado sus hallazgos en un artículo de estudio que aparece en la revista. DORMIR.

Actividad cerebral en noctámbulos

Para este estudio, el equipo de investigación reclutó a 38 participantes sanos. Dividieron a los voluntarios en dos grupos, colocando a 16 madrugadores en un grupo y 22 durmientes tardíos en el segundo.

Los investigadores dividieron a los participantes en estos dos grupos según sus ritmos circadianos de melatonina y cortisol: la circulación natural de estas dos hormonas afecta los ciclos de sueño y vigilia.

Los investigadores monitorearon los patrones de sueño y vigilia de los participantes, y los voluntarios completaron cuestionarios sobre sus ritmos. En promedio, los que duermen tarde se acuestan a las 2:30 a.m. y se despiertan a las 10:15 a.m.

Para evaluar los patrones de actividad cerebral, los investigadores pidieron a los voluntarios que se sometieran a una resonancia magnética. Los investigadores también evaluaron el desempeño de los participantes en varias tareas que realizaban en diferentes momentos durante el día para ver cómo los ciclos de sueño y vigilia afectaban el funcionamiento diario.

El equipo notó una diferencia en los patrones de actividad cerebral entre los dos grupos, es decir, que los noctámbulos tenían una menor conectividad cerebral en reposo en áreas del cerebro que los científicos asocian principalmente con el mantenimiento de un estado de conciencia. Correlacionaron esto con períodos de atención más cortos, así como reacciones más lentas y niveles de energía más bajos.

Los madrugadores se desempeñaron mejor y tuvieron tiempos de reacción más rápidos durante las tareas de la mañana. También declararon que tenían mucho menos sueño en ese momento.

Por el contrario, como se esperaba, los que duermen tarde se desempeñaron mejor y experimentaron los tiempos de reacción más rápidos alrededor de las 8:00 p.m. Sin embargo, incluso en el momento en que estaban en su máximo rendimiento, a los noctámbulos no les fue mucho mejor que a sus primeros compañeros.

Esto sugiere que durante todo el día, o alrededor de las 8:00 a.m. a las 8:00 p.m. - La conectividad del cerebro en estado de reposo se ve afectada en los que duermen tarde, lo que afecta negativamente a su productividad.

Las expectativas sociales "podrían ser más flexibles"

El Dr. Facer-Childs compara el estado de los noctámbulos a lo largo del día con una forma de desfase horario constante, enfatizando que esto puede tener un efecto significativo en su bienestar a largo plazo.

"Este desajuste entre el tiempo biológico y el tiempo social de una persona, que la mayoría de nosotros hemos experimentado en forma de desfase horario, es un problema común para los noctámbulos que intentan seguir un día laboral normal".

Dra. Elise Facer-Childs

“Nuestro estudio es el primero en mostrar un mecanismo neuronal intrínseco potencial detrás de por qué los noctámbulos pueden enfrentar desventajas cognitivas cuando se ven obligados a adaptarse a estas limitaciones”, agrega.

Por esta razón, el investigador sostiene que las sociedades deben examinar detenidamente sus estructuras organizativas, principalmente en términos de horas de trabajo y cómo adaptarse mejor a las necesidades individuales de las personas. Esta flexibilidad debería significar que los noctámbulos pueden dar lo mejor de sí mismos mientras evitan efectos adversos para la salud.

"Para manejar esta [situación], debemos mejorar en tener en cuenta el reloj corporal de una persona, particularmente en el mundo laboral", argumenta el Dr. Facer-Childs.

"Un día típico puede durar de 9:00 a. M. A 5:00 p. M., Pero para un noctámbulo, esto podría provocar una disminución del rendimiento durante la mañana, una menor conectividad cerebral en regiones vinculadas a la conciencia y un aumento de la somnolencia diurna", advierte. .

Además, advierte que "si, como sociedad, pudiéramos ser más flexibles sobre cómo administramos el tiempo, podríamos recorrer un largo camino hacia la maximización de la productividad y la minimización de los riesgos para la salud".

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