Riesgo de salud mental más alto para los jóvenes transgénero

Un nuevo estudio sugiere que los niños y adolescentes transgénero y que no se ajustan al género pueden tener más probabilidades de desarrollar depresión y otras afecciones de salud mental, en comparación con las personas cuya identidad de género coincide con su género asignado al nacer.

Los investigadores han identificado un mayor riesgo de problemas de salud mental entre los jóvenes transgénero y no conformes con el género.

La investigación se llevó a cabo en el Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente Southern California en Pasadena. La coautora del estudio, Tracy A. Becerra-Culqui, Ph.D., y sus colegas informaron recientemente sus hallazgos en la revista Pediatría.

Según Becerra-Culqui, los estudios previos que investigaron la salud mental de personas transgénero y no conformes con el género solo observaron a un pequeño número de personas, y cualquier síntoma de trastornos de salud mental fue autoinformado.

Sin embargo, para este último estudio, el equipo recopiló datos de los registros médicos electrónicos de 1.347 niños y adolescentes, de entre 3 y 17 años, que eran transgénero o no conformes con el género.

De estas personas, el 44 por ciento eran transfemininas (su género asignado al nacer era masculino) y el 56 por ciento eran transmasculinos (su género asignado al nacer era femenino).

Entre 2006 y 2014, los investigadores observaron la prevalencia de afecciones de salud mental, como depresión, ansiedad y trastorno por déficit de atención, entre estos jóvenes.

"Los hallazgos deben crear conciencia"

El estudio reveló que el riesgo de desarrollar una condición de salud mental era de tres a 13 veces mayor para los jóvenes transgénero y no conformes al género que para los jóvenes cuya identidad de género se correspondía con su género asignado al nacer, también conocido como cisgénero.

Los diagnósticos de depresión y trastorno por déficit de atención fueron las afecciones de salud mental más comunes entre los niños y adolescentes que eran transgénero y no se ajustaban al género, informan los investigadores.

De hecho, el riesgo de trastorno por déficit de atención fue de tres a siete veces mayor entre estos individuos, en comparación con aquellos que eran cisgénero; y el riesgo de depresión era de cuatro a siete veces mayor.

Alrededor del 15 por ciento de los jóvenes transfemininos y el 16 por ciento de los transmasculinos fueron diagnosticados con trastorno por déficit de atención, mientras que la depresión se diagnosticó entre el 49 por ciento de los jóvenes transfemininos y el 62 por ciento de los transmasculinos.

Becerra-Culqui y sus colegas no pueden precisar las razones precisas detrás de sus hallazgos, pero creen que la disforia de género puede desempeñar un papel.

La disforia de género es una condición en la que un individuo experimenta angustia debido a una desconexión entre su sexo biológico y el género con el que se identifica.

Además, el equipo señala que muchas personas transgénero y no conformes con el género están sujetas a prejuicios y discriminación, lo que puede causar estrés y potencialmente conducir a problemas de salud mental.

Becerra-Culqui dice que espera que esta investigación "cree conciencia sobre la presión que pueden sentir los jóvenes que cuestionan su identidad de género y cómo esto puede afectar su bienestar mental".

Agrega que los médicos deben ser conscientes del mayor riesgo de afecciones de salud mental que pueden tener los jóvenes transgénero y no conformes con el género.

“También es fundamental que tengan los conocimientos necesarios para brindar apoyo social y educativo a sus pacientes jóvenes que están descubriendo su identidad de género”, agrega Becerra-Culqui.

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