Los inmunosupresores pueden reducir el riesgo de Parkinson

Un nuevo estudio vincula el uso de inmunosupresores, medicamentos que "debilitan" el sistema inmunológico, con un riesgo reducido de enfermedad de Parkinson. Aunque los hallazgos son preliminares, eventualmente pueden conducir a nuevos tratamientos.

La reducción de la actividad del sistema inmunológico podría ser una forma de retrasar la progresión del Parkinson.

Los autores del estudio, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, MO, creen que sus resultados destacan el papel que desempeña el sistema inmunológico en la enfermedad de Parkinson.

Sugieren que los tratamientos inmunosupresores podrían ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de la afección.

Aproximadamente 1 millón de personas en los Estados Unidos se ven afectadas por el Parkinson, un trastorno neurológico que tiene síntomas característicos de temblor, rigidez, movimientos lentos y dificultad para caminar.

Los científicos no están completamente seguros de qué causa el Parkinson, pero los estudios han sugerido previamente un vínculo entre la afección y el sistema inmunológico.

Pacientes "menos propensos a desarrollar Parkinson"

El equipo de científicos analizó datos de millones de registros médicos. Usando un algoritmo que habían diseñado, intentaron predecir qué grupos de personas desarrollarían Parkinson.

Descubrieron que las personas con colitis ulcerosa y algunos otros trastornos autoinmunitarios tenían un riesgo menor de desarrollar Parkinson que la población general.

Debido a que los trastornos del sistema inmunológico relacionados con un riesgo reducido están asociados con una variedad de causas y síntomas, fue difícil para los autores detectar un patrón que pudiera indicar un mecanismo de acción común entre las condiciones y el riesgo de Parkinson.

¿El vínculo fue impulsado por drogas o enfermedades?

Finalmente, los investigadores encontraron un denominador común: se usaron medicamentos inmunosupresores para tratar muchas de estas afecciones.

Para investigar más a fondo, el equipo analizó los datos de las recetas de Medicare de 48,295 pacientes de Parkinson y 52,324 personas que no habían sido diagnosticadas con Parkinson.

Descubrieron que las personas a las que se les recetaron inmunosupresores tenían menos probabilidades de desarrollar Parkinson que las personas que no tomaban inmunosupresores.

Los resultados mostraron que las personas que tomaron corticosteroides tenían un 20 por ciento menos de probabilidades de desarrollar Parkinson, y las personas que tomaban otro tipo de inmunosupresor, llamado inosina monofosfato deshidrogenasa (IMDH), tenían aproximadamente un tercio menos de probabilidades de desarrollar Parkinson.

Para probar el vínculo entre los inmunosupresores y la reducción del riesgo de Parkinson, los investigadores realizaron un análisis de afecciones autoinmunes específicas de forma individual, pero los resultados siguieron siendo los mismos. Esto indica que la reducción del riesgo se relacionó con las terapias inmunosupresoras más que con los trastornos autoinmunes.

"Un grupo de medicamentos, en particular, parece realmente prometedor y merece una mayor investigación para determinar si puede retrasar la progresión de la enfermedad", dice el autor principal Brad Racette.

Sus resultados fueron publicados recientemente en la revista Anales de neurología clínica y traslacional.

Los inmunosupresores conllevan riesgos

Aunque los hallazgos de Racette y colegas sugieren que los inmunosupresores tienen un efecto protector contra el Parkinson, estos medicamentos tienen una variedad de efectos secundarios desagradables. Además, pueden aumentar el riesgo de cáncer y algunas enfermedades infecciosas.

Por lo tanto, si bien los inmunosupresores brindan más beneficios que daños a las personas con afecciones que afectan el sistema inmunológico, los médicos probablemente no querrán correr el riesgo de recetar estos medicamentos a personas por lo demás sanas como medida preventiva contra el Parkinson.

"Lo que realmente necesitamos es un fármaco para las personas recién diagnosticadas, para evitar que la enfermedad empeore", dice Racette. "Es una suposición razonable de que si un medicamento reduce el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson, también retrasará la progresión de la enfermedad, y lo estamos explorando ahora".

Debido al número relativamente alto de efectos secundarios relacionados con los corticosteroides, el equipo de Racette está realizando un estudio de prueba de concepto para establecer si los inhibidores de IMDH podrían cumplir esta función.

"Es demasiado pronto para pensar en ensayos clínicos para ver si modifica la enfermedad", dice Racette, "pero el potencial es intrigante".

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