Cómo la grasa parda podría conducir a mejores medicamentos para bajar de peso

Nuestros cuerpos almacenan dos tipos de grasa: marrón, que quema calorías para generar calor, y blanca, que normalmente actúa como reserva de energía del cuerpo. El exceso de peso es el resultado de la acumulación de demasiada grasa en el cuerpo. ¿Podríamos buscar en la composición molecular de la grasa parda para encontrar mejores medicamentos para la obesidad?

Los investigadores estudian la grasa parda en busca de mejores terapias para el control del peso.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que más de un tercio de los adultos en los Estados Unidos viven con obesidad.

Es una afección metabólica y un factor de riesgo superior para una variedad de enfermedades, desde la diabetes hasta el cáncer.

Un informe de 2017 indicó que estamos en medio de una pandemia de obesidad, con tasas en aumento en todo el mundo y Estados Unidos ocupando el primer lugar en esta preocupante tendencia.

Por estas razones, los científicos buscan constantemente idear estrategias de estilo de vida saludables que ayuden a las personas a mantener un peso deseable. Al mismo tiempo, los investigadores continúan investigando los mecanismos biológicos detrás de la pérdida y el aumento de peso en un esfuerzo por diseñar medicamentos más efectivos para tratar la obesidad.

Investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla, CA, ahora están buscando tejido adiposo pardo, o grasa parda, para encontrar formas más efectivas de abordar la obesidad.

El investigador principal Ronald Evans y sus colegas están tratando de comprender exactamente qué le da al tejido marrón sus características distintivas. Esta información, argumenta el equipo, puede ayudarlos a encontrar medicamentos efectivos que actúen sobre el exceso de tejido adiposo blanco.

Los resultados de su estudio ahora se han publicado en la revista Informes de celda.

Un gen puede tener la clave

Específicamente, los científicos querían aprender más sobre las características termogénicas de la grasa marrón, es decir, cómo responde a la temperatura ambiental y los factores metabólicos para producir calor.

Estudios anteriores ya habían demostrado que algunos tipos de tejido adiposo marrón se "activaban" para convertir las calorías en calor cuando el cuerpo estaba expuesto a temperaturas circundantes más bajas.

"Estábamos interesados ​​en lo que mantiene la grasa parda, incluso cuando no estamos expuestos al frío todo el tiempo", explica la primera autora del estudio, Maryam Ahmadian.

Los investigadores trabajaron con ratones, haciendo zoom en un gen que es muy activo en las células grasas pardas: el receptor gamma relacionado con el estrógeno.

Lo que encontraron fue que este gen siempre se expresa en las células grasas pardas, independientemente de si el cuerpo está expuesto o no a temperaturas ambientales frías. Al mismo tiempo, descubrieron que este gen nunca se expresa en los glóbulos blancos.

Al estudiar ratones en los que el gen del receptor gamma relacionado con el estrógeno se había desactivado para que no pudiera expresarse en las células de grasa marrón, Evans y su equipo notaron que el tejido adiposo marrón comenzó a parecerse al tejido adiposo blanco en su estructura y mecanismos moleculares.

En su artículo, los investigadores se refieren a este efecto como el "blanqueamiento del tejido adiposo marrón".

Los hallazgos pueden conducir a mejores terapias

Otro resultado relacionado con el "blanqueamiento" de la grasa parda en estos ratones modificados genéticamente fue que ninguno de ellos pudo soportar temperaturas frías, mientras que alrededor del 80 por ciento de los ratones normales pueden adaptarse a tales cambios ambientales.

Al mismo tiempo, en lo que respecta al metabolismo de los animales, o cuánto peso aumentaron, Evans y su equipo no encontraron diferencias significativas entre los ratones normales y sus contrapartes modificadas genéticamente.

En conjunto, estos hallazgos sugieren que la expresión del gen del receptor gamma relacionado con el estrógeno permite que la grasa parda permanezca "marrón" y responda adecuadamente a las bajas temperaturas.

"Esto no solo mejora nuestra comprensión de cómo el cuerpo responde al frío, sino que podría conducir a nuevas formas de controlar la cantidad de grasa marrón en el cuerpo, que tiene vínculos con la obesidad, la diabetes y la enfermedad del hígado graso".

Ronald Evans

Otro aspecto de los experimentos de los investigadores se basó en el hecho de que el gen del receptor gamma relacionado con el estrógeno codifica una proteína que accede a los núcleos de las células e influye en la expresión de otros genes.

Experimentos adicionales revelaron que el receptor gamma relacionado con el estrógeno se dirige a varios genes, como Ucp1, Coxa1 y Pparα, que se han relacionado con los mecanismos de la grasa parda y la obesidad, pero nunca antes con esta proteína.

El equipo escribe que más estudios deberían investigar qué efectos tendría la activación del gen del receptor gamma relacionado con el estrógeno en los glóbulos blancos. Esperan que este movimiento pueda hacer que las células grasas blancas se comporten de manera similar a las células grasas pardas, haciendo de esta una estrategia viable para las terapias dirigidas a la obesidad y la diabetes.

Además, señalan que es importante asegurarse de que el receptor gamma relacionado con los estrógenos tenga las mismas funciones en el tejido adiposo marrón de los humanos que en el de los ratones.

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