Las personas altamente empáticas tienen una visión única de la música.

Las personas con niveles más altos de empatía ven la música como algo más que una forma de arte, y los escáneres cerebrales muestran una diferencia significativa, informa un nuevo estudio.

El grado de empatía que tenga puede cambiar la forma en que percibe la música.

Ver algo desde el punto de vista de otra persona es algo con lo que muchas personas luchan.

Pero según un estudio publicado en la revista Cerebro y comportamiento, alrededor del 20 por ciento de la población está genéticamente predispuesta a la empatía.

Este rasgo permite que las personas reaccionen a los estímulos y las emociones de los demás de una manera más sensible y elevada.

La empatía se divide habitualmente en dos. La empatía emocional es cuando una persona se inclina a compartir la carga emocional de los demás, mientras que la empatía cognitiva describe el potencial para reconocer y comprender los sentimientos de los demás sin tener que preguntar en voz alta.

Los expertos proponen vínculos entre la empatía y la música, solidificando la teoría de que las personas empáticas optarán por estímulos que produzcan emociones identificables en lugar de algo más neutral.

Si bien se han investigado bien los orígenes neurológicos de la empatía, un nuevo estudio se ha convertido en el primero en mostrar cómo los cerebros de las personas altamente empáticas procesan la música de manera similar a las situaciones sociales.

Empatía y música

Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Metodista del Sur en Dallas, TX, y la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) encontró una marcada diferencia neurológica entre las personas con baja y alta empatía cuando escuchan música.

Se pidió a quince estudiantes de UCLA que se sometieran a una resonancia magnética mientras escuchaban breves tonos musicales. Un segundo experimento, esta vez con 20 estudiantes, llevó a cabo la misma resonancia magnética pero reprodujo música que les era familiar o completamente nueva, así como música que les gustaba o no les gustaba.

Posteriormente, se pidió a cada participante que examinara 28 preguntas que les proporcionaban varios escenarios basados ​​en la empatía, que iban desde la simpatía hacia la desgracia de los demás hasta la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona.

Respondieron a cada afirmación utilizando una escala de cinco puntos que iba de "me describe muy bien" a "no me describe en absoluto".

Después de esto, los científicos realizaron una comparación controlada para establecer las áreas del cerebro que estaban asociadas con la empatía durante la escucha de música.

La música puede activar el sistema de recompensas del cerebro

El análisis de las resonancias magnéticas encontró puntos en común entre los dos niveles de empatía. Aquellos que poseen alta y baja empatía activan áreas del cerebro vinculadas al procesamiento auditivo y sensorial.

Pero, las personas altamente empáticas mostraron un aumento en la actividad en el cuerpo estriado dorsal cuando se tocó una canción familiar.

Esto es parte del sistema de recompensa del cerebro, lo que sugiere que escuchar música reconocible es más placentero para aquellos que tienen más empatía.

La investigación, que se publicó en la revista Fronteras en neurociencia del comportamiento - también encontró que las personas con mucha empatía mostraban más actividad en las regiones del cerebro que se utilizan para hacer frente a las actividades sociales y comprender el comportamiento de los demás.

¿Qué significan estos hallazgos para la sociedad?

Los autores creen que estos hallazgos sugieren que la música es vista como más que una forma creativa para aquellos con altos niveles de empatía. En cambio, el proceso de escuchar canciones podría verse casi como un encuentro con otra persona, uno que se basa en la interacción y la comunicación.

"Si la música no estuviera relacionada con la forma en que procesamos el mundo social, entonces probablemente no hubiéramos visto una diferencia significativa en la activación cerebral entre las personas de alta y baja empatía".

El autor principal del estudio, Zachary Wallmark

En el estudio, Wallmark y los autores Choi Deblieck y Marco Iacoboni señalan que sus resultados podrían ayudar a explicar el poder de conexión de la música y cómo incluso los sonidos simples podrían afectar cómo nos sentimos acerca de las personas en la vida real.

"Si la música puede funcionar como un 'otro' virtual", escriben, "entonces podría ser capaz de alterar la visión de los oyentes de otros reales".

Donde la mayoría de los estudios se han centrado en estímulos como fotos y videos, este es uno de los primeros en examinar la relación entre el sonido y la empatía.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los resultados fueron puramente correlacionales y no existe un vínculo firme que demuestre que no ocurrirían con otra cosa que no sea la música. Será necesario realizar más estudios que utilicen un tamaño de muestra más grande para hacer declaraciones concluyentes.

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