El aceite de pescado puede no ser tan saludable como crees, encuentra un estudio

El aceite de pescado es aclamado por sus abundantes beneficios para la salud. Pero una nueva investigación sugiere que el consumo a largo plazo de aceite de pescado o aceite de girasol puede aumentar el riesgo de enfermedad del hígado graso en el futuro.

Los investigadores dicen que la ingesta de aceite de pescado o aceite de girasol durante toda la vida podría aumentar el riesgo de enfermedad del hígado graso en el futuro.

Al estudiar ratas, los investigadores encontraron que la ingesta de aceite de girasol o de pescado durante toda la vida provocó cambios en el hígado que hacen que el órgano sea vulnerable a la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).

NASH es una forma más grave de enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).

El coautor del estudio, José Luis Quiles, profesor de fisiología que trabaja en la Universidad de Granada en España, y sus colegas informaron recientemente sus hallazgos en La revista de bioquímica nutricional.

Se estima que alrededor del 20 por ciento de las personas en los Estados Unidos que tienen NAFLD también tienen NASH, y la condición se vuelve más común con la edad.

La EHNA se caracteriza por una acumulación de grasa en el hígado, que no es causada por el consumo de alcohol, inflamación y daño a las células hepáticas. El daño hepático que se produce en la EHNA puede aumentar el riesgo de cirrosis hepática y cáncer de hígado.

Algunos de los factores de riesgo clave para la EHNA incluyen el sobrepeso y la obesidad, la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes tipo 2, que son factores muy influenciados por la dieta.

Estudiar cómo afectan las grasas alimentarias al hígado

Sobre la base del vínculo entre la dieta y la EHNA, el nuevo estudio del Prof. Quiles y sus colegas sugiere que el tipo de aceites que consumimos podría influir en nuestro riesgo de padecer la enfermedad en el futuro.

Los investigadores llegaron a sus hallazgos analizando los efectos de diferentes grasas dietéticas, incluido el aceite de girasol, el aceite de pescado y el aceite de oliva virgen, en el hígado de rata.

En detalle, el equipo analizó cómo la ingesta permanente de cada uno de estos aceites afectaba la estructura del hígado de los roedores, así como sus efectos sobre la expresión genética, la fibrosis hepática (o cicatrización), el estrés oxidativo y la longitud de los telómeros.

El estrés oxidativo se define como un desequilibrio entre los radicales libres, que son moléculas que pueden dañar las células, y la capacidad del cuerpo para "desoxidar" estas moléculas y prevenir sus efectos dañinos.

Los telómeros son "tapas" al final de cada hebra de ADN y protegen nuestros cromosomas. Cuanto más cortos sean nuestros telómeros, mayor será el daño a nuestras células.

La investigación ha demostrado que una reducción en la longitud de los telómeros juega un papel clave en el envejecimiento celular y las enfermedades relacionadas con la edad. Sin embargo, los telómeros que son demasiado largos pueden aumentar el riesgo de cáncer.

Además, el equipo analizó cómo evoluciona el hígado con la edad como resultado de las diferentes grasas dietéticas consumidas.

El aceite de oliva es el mejor para un hígado sano

Los investigadores no solo encontraron que la grasa del hígado se acumula con la edad, sino que también revelaron que el tipo de grasa que se acumula en el hígado está influenciado por el tipo de grasas que comemos.

Como señala el Prof. Quiles, “[…] esto significa que, independientemente de esta acumulación, algunos hígados envejecen de manera más saludable que otros y con mayor o menor predisposición a determinadas enfermedades”.

El estudio reveló que el aceite de pescado y el aceite de girasol afectaron negativamente la salud del hígado de las ratas.

Se descubrió que la ingesta de aceite de girasol durante toda la vida desencadena la fibrosis hepática y también altera la estructura del órgano, conduce a cambios en la expresión genética y aumenta la oxidación en las células hepáticas.

Las ratas que consumieron aceite de pescado durante toda su vida demostraron un aumento en la oxidación celular relacionada con la edad en sus hígados, informa el equipo, y también experimentaron una disminución en la actividad de la cadena de transporte de electrones en las mitocondrias, las "centrales eléctricas" de la célula, perjudica la función celular.

El aceite de pescado también provocó un aumento en la longitud relativa de los telómeros en el hígado, informan los investigadores. Sin embargo, se descubrió que el aceite de oliva causa el menor daño al hígado.

En conjunto, el equipo dice que estos hallazgos indican que el aceite de oliva virgen podría ser la mejor grasa dietética para la salud del hígado en el futuro.

“Las alteraciones provocadas por el consumo prolongado de aceites de girasol y pescado hacen que el hígado sea susceptible a la esteatohepatitis no alcohólica, una enfermedad muy grave que puede actuar como catalizador de otras enfermedades hepáticas como la cirrosis y el cáncer de hígado. […] Creemos que este estudio será muy útil para prevenir y tratar diversas enfermedades hepáticas ”.

Prof. José Luis Quiles

“El aceite de oliva virgen es la opción más saludable”, agrega, “lo cual ya ha sido probado en relación a diversos aspectos de la salud”.

Estos hallazgos pueden resultar sorprendentes; El aceite de pescado es el producto natural más utilizado en los EE. UU. debido a sus beneficios para la salud documentados con frecuencia.

Aún así, este último estudio ciertamente proporciona algo en que pensar cuando se trata de elegir qué grasas incluir en la dieta.

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