Todo lo que necesita saber sobre la intolerancia al calor

La intolerancia al calor es una sensibilidad inusual al calor. Las personas con intolerancia al calor pueden sentir calor cuando otros se sienten cómodos o incluso con frío.

También pueden tener una respuesta inusual al calor, como sudoración intensa o ansiedad. La intolerancia al calor no es una enfermedad, pero puede ser un síntoma de una afección médica subyacente.

En este artículo, aprenda sobre las causas de la intolerancia al calor, cómo manejarla y cuándo consultar a un médico.

¿Qué es la intolerancia al calor?

Las personas con intolerancia al calor son sensibles a las altas temperaturas.

La intolerancia al calor es un síntoma genérico que puede referirse a una amplia variedad de respuestas al calor.

Algunas personas con intolerancia al calor simplemente no les gusta el calor. Otros sienten un calor incómodo a temperaturas que otras personas encuentran cómodas.

Algunas personas pueden desarrollar síntomas graves o incluso potencialmente mortales en respuesta al calor. Según los Centros para el Control y la Protección de Enfermedades (CDC), las enfermedades relacionadas con el calor, como el golpe de calor, son responsables de más de 600 muertes en los Estados Unidos cada año.

Las personas con intolerancia al calor deben tener cuidado con el calor extremo, especialmente cuando tienen otros factores de riesgo de enfermedades relacionadas con el calor.

Síntomas

Los síntomas de la intolerancia al calor pueden variar de una persona a otra, pero pueden incluir:

  • sensación de mucho calor en temperaturas moderadamente cálidas
  • sudoración excesiva
  • no suda lo suficiente en el calor
  • agotamiento y fatiga durante el clima cálido
  • náuseas, vómitos o mareos en respuesta al calor
  • cambios de humor cuando hace demasiado calor

Las personas con ciertas enfermedades crónicas, como la esclerosis múltiple (EM), pueden encontrar que sus síntomas empeoran temporalmente con el calor. Algunas personas con intolerancia al calor también son intolerantes al frío.

Causas

La diabetes a veces puede causar intolerancia al calor.

Las personas con intolerancia al calor pueden tener un trastorno llamado disautonomía que afecta su sistema nervioso autónomo.

El sistema nervioso autónomo ayuda a regular las funciones automáticas del cuerpo, incluida la respuesta del cuerpo al calor.

Varias afecciones médicas pueden causar disautonomía, que incluyen:

  • diabetes
  • trastorno por consumo de alcohol
  • Enfermedad de Parkinson
  • Síndorme de Guillain-Barré
  • enfermedad mitocondrial

Otras causas de intolerancia al calor incluyen:

  • Edad: los bebés, los niños menores de 4 años y los adultos mayores pueden ser más sensibles al calor. Esta sensibilidad aumenta su susceptibilidad a enfermedades relacionadas con el calor, como el golpe de calor.
  • Medicamentos: algunos medicamentos cambian la respuesta del cuerpo al calor, por ejemplo, al disminuir la producción de sudor. Los medicamentos anticolinérgicos, que pueden tratar muchas afecciones psiquiátricas y la enfermedad de Parkinson, pueden reducir la sudoración y aumentar la sensibilidad al calor.
  • Problemas sensoriales: el trastorno del procesamiento sensorial, así como los problemas sensoriales que a veces acompañan al autismo, pueden hacer que una persona sea más sensible al calor.
  • Afecciones neurológicas: las afecciones médicas que afectan el cerebro y la médula espinal, como las lesiones de la médula espinal y la EM, pueden aumentar la sensibilidad al calor al cambiar la forma en que el cuerpo o el cerebro procesa el calor o al inhibir la capacidad del cuerpo para regular la temperatura.
  • Problemas del sistema endocrino: el sistema endocrino ayuda al cuerpo a regular una amplia gama de funciones. Trastornos como la enfermedad de Graves, una afección de la tiroides, pueden aumentar la sensibilidad al calor.
  • Estar menos en forma física: para algunas personas, la intolerancia al calor es un signo de mala aptitud cardiovascular y respiratoria. En 2014, los investigadores encontraron que las personas que mostraban más signos de intolerancia al calor también estaban menos en forma física.

Tratos

Las personas con intolerancia al calor deben discutir sus síntomas con un médico, especialmente si los síntomas aparecen repentinamente o empeoran progresivamente.

Para tratar la intolerancia al calor, los médicos se enfocarán en tratar cualquier condición médica subyacente. El tratamiento variará ampliamente según la afección subyacente. Por ejemplo, las personas con enfermedad de Graves pueden necesitar terapia con yodo radiactivo para restaurar los niveles normales de tiroides.

En muchos casos, la intolerancia al calor no se puede prevenir ni tratar por completo. Una persona con una lesión en la médula espinal puede tener dificultades en condiciones de calor extremo sin importar el tratamiento que elija.

Las personas pueden encontrar que evitar el calor siempre que sea posible y adoptar estrategias para manejar de manera segura el tiempo necesario en condiciones de calor ayudará a largo plazo. Las formas de controlar la intolerancia al calor incluyen:

  • Evitando la luz solar directa. El sol tiende a estar más caliente y brillante entre las 11 a.m. y las 3 p.m.
  • Usar aire acondicionado o ventilador durante los meses de verano.
  • Beber muchos líquidos para evitar la deshidratación.
  • Usar ropa holgada de colores claros.
  • Evitar el alcohol en climas cálidos.
  • Tomar un baño fresco o nadar en una piscina.
  • Envolver una toalla empapada en agua fría alrededor de la nuca.
  • Evitar actividades extenuantes durante el clima cálido o en habitaciones cálidas.

Las personas con intolerancia al calor deben controlarse cuidadosamente a sí mismas para detectar signos de enfermedades relacionadas con el calor, como:

  • náusea
  • mareo
  • vomitando
  • un pulso rápido
  • sudoración muy fuerte
  • calambres musculares
  • un dolor de cabeza
  • fatiga extrema o desmayo
  • cambios de humor

Busque atención médica inmediata para:

  • incapacidad para sudar, incluso cuando hace mucho calor
  • una temperatura corporal superior a 103 ° F
  • Confusión
  • pérdida de consciencia

Prevención

El ejercicio regular puede reducir el riesgo de intolerancia al calor de una persona.

El manejo de las condiciones médicas que causan intolerancia al calor puede ayudar a prevenir los síntomas.

Habla con un médico sobre cómo mantenerte a salvo en el calor y pregúntale si hay algún medicamento disponible para ayudar al cuerpo a regular su temperatura.

Algunas estrategias que pueden reducir el riesgo de intolerancia al calor incluyen:

  • Mantener un peso corporal saludable. Las personas más pesadas pueden tener más dificultades para enfriar sus cuerpos.
  • Hacer mucho ejercicio para mantenerse en buena forma física. Las personas con buena salud cardíaca y pulmonar tienden a responder mejor al calor.
  • Limitar o evitar el consumo de alcohol y drogas. El consumo excesivo de alcohol y el abuso de algunas drogas, como las anfetaminas, pueden aumentar la sensibilidad al calor.
  • Mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control. Las personas con diabetes pueden ser más vulnerables al calor, especialmente cuando sus niveles de azúcar en sangre son demasiado bajos o demasiado altos.
  • Beber mucha agua. El calor extremo agota el cuerpo de agua a través del sudor. Si el cuerpo no puede sudar, no puede mantenerse fresco, por lo que mantenerse hidratado es fundamental.

Resumen

Como muchas personas disfrutan de las actividades al aire libre, como la natación y las festividades de clima cálido, las personas con intolerancia al calor pueden sentirse frustradas y excluidas. Sin embargo, la estrategia de tratamiento adecuada y algunas medidas de enfriamiento pueden hacer que el calor se sienta más manejable.

La intolerancia al calor puede proporcionar pistas sobre la salud general de una persona. Sugiere que es posible que el cuerpo no pueda enfriarse adecuadamente, que el cerebro no responda correctamente al calor o que el corazón y los pulmones tengan dificultades para funcionar con la suficiente eficiencia.

Cualquier persona que experimente una intolerancia al calor nueva o que empeore debe hablar con un médico, quien puede ayudar a diagnosticar el problema subyacente.

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