¿La depresión causa obesidad o la obesidad causa depresión?

Aunque la depresión y la obesidad a menudo van de la mano, la relación entre las dos es difícil de separar. Un nuevo estudio genómico a gran escala agrega nueva evidencia.

La relación entre depresión y obesidad es compleja.

Tanto la obesidad como la depresión son problemas de salud globales importantes. Según los autores de las últimas investigaciones, cuestan a la economía mundial billones de dólares cada año.

Estudios anteriores han señalado que la depresión suele aparecer en personas con sobrepeso u obesidad.

Sin embargo, los estudios observacionales no han podido demostrar si la obesidad causa depresión, ya que hay muchos factores en competencia a considerar.

Por ejemplo, la obesidad es un factor de riesgo para una serie de afecciones, por lo que podría ser que lidiar con otros problemas de salud aumente la probabilidad de deprimirse, en lugar de que la obesidad sea la causa.

Algunos investigadores han argumentado que la relación podría ser al revés: la depresión es un riesgo de obesidad.

Otros creen que la depresión y la obesidad se exacerban mutuamente. Por ejemplo, la obesidad puede hacer que la depresión sea más probable que ocurra inicialmente, pero una vez que surgen los síntomas depresivos, pueden agravar la obesidad al dificultar al individuo el ejercicio.

Revisión de la obesidad y la depresión

Para comprender mejor esta complicada relación, investigadores de la Universidad de Exeter en el Reino Unido unieron fuerzas con científicos de la Universidad de Australia del Sur. Publicaron sus resultados en el Revista Internacional de Epidemiología esta semana.

"La obesidad y la depresión son problemas de salud globales que tienen un gran impacto en la vida y son costosos para los servicios de salud", explica el autor principal, el Dr. Jess Tyrrell. "Sabemos desde hace mucho tiempo que existe un vínculo entre los dos, pero no está claro si la obesidad causa depresión o viceversa, y también si es el sobrepeso en sí mismo o los problemas de salud asociados que pueden causar depresión".

El estudio utilizó datos genéticos para inspeccionar la relación causal entre la obesidad y la depresión. El equipo quería comprender si un índice de masa corporal (IMC) más alto estaba relacionado con un mayor riesgo de depresión sin la presencia de otras condiciones de salud.

Los investigadores utilizaron datos genéticos y médicos de 48.000 personas con depresión y los compararon con más de 290.000 controles, lo que lo convierte en el estudio más grande para abordar esta cuestión hasta la fecha.

Impacto psicológico al que culpar?

En general, como se esperaba, un IMC más alto se asoció con mayores probabilidades de depresión. Esta asociación fue más fuerte en mujeres que en hombres, lo que confirma hallazgos anteriores. Las mujeres con un IMC alto tuvieron un aumento del 21 por ciento en el riesgo, en comparación con el 8 por ciento en los hombres.

Al investigar a individuos con genes que los predisponen a la obesidad, pero sin los que los predisponen a condiciones metabólicas, como la diabetes, conocida como “perfil metabólico favorable”, los investigadores pudieron separar el componente psicológico de la obesidad.

En su análisis, tuvieron en cuenta una serie de variables que podrían influir en los resultados, incluida la posición socioeconómica, el consumo de alcohol, el tabaquismo y la actividad física.

Descubrieron que las personas con un perfil metabólico favorable tenían la misma probabilidad de desarrollar depresión que las personas con obesidad que portaban genes que las predisponían a desarrollar afecciones metabólicas. Este efecto fue más pronunciado en las mujeres.

Para verificar sus hallazgos, también tomaron datos del Consorcio de Genómica Psiquiátrica. Y su segundo análisis arrojó resultados similares, agregando más peso a sus conclusiones.

"Nuestro sólido análisis genético concluye que es probable que el impacto psicológico de ser obeso cause depresión".

Dr. Jess Tyrrell

Estos resultados proporcionan información vital, como explica el Dr. Tyrrell, "Esto es importante para ayudar a orientar los esfuerzos para reducir la depresión, lo que hace que sea mucho más difícil para las personas adoptar hábitos de vida [saludables]".

Sin embargo, la relación entre la obesidad y la depresión es complicada y quedan interrogantes. Como escriben los autores, "no hemos descartado [descartar] una posible relación causal bidireccional entre un IMC más alto y la depresión […] Se requieren más investigaciones para explorar el papel causal de la depresión en el índice de masa corporal y la obesidad".

Debido a que la depresión y la obesidad pueden tener un impacto profundo en las personas y la sociedad en general, es probable que la atención científica continúe observando sus vínculos.

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