Riesgo de demencia: el papel de los 'patrones de presión arterial'

Los investigadores están cada vez más interesados ​​en la relación entre la presión arterial y la demencia. El estudio más reciente investiga cómo los patrones de cambio en la presión arterial a lo largo de las décadas pueden influir en el riesgo.

¿Qué nos pueden decir las fluctuaciones de la presión arterial sobre el riesgo de demencia?

A medida que la población de Estados Unidos envejece, la incidencia de demencia aumenta a la par. Hoy en día, alrededor de 5 millones de personas en los EE. UU. Tienen un diagnóstico de demencia.

Los estudios publicados en los últimos años han producido evidencia de que la hipertensión (presión arterial alta) durante la mediana edad parece aumentar el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.

La hipertensión afecta aproximadamente a 1 de cada 3 adultos en los EE. UU., Por lo que es vital comprender la relación exacta entre la presión arterial y el envejecimiento del cerebro.

Los investigadores han trabajado menos para investigar los vínculos entre la presión arterial durante la edad adulta y los resultados cognitivos. Sin embargo, como explican los autores de un estudio reciente, los hallazgos insinúan que "los rangos óptimos de presión arterial para los adultos mayores pueden depender de las características anteriores de la presión arterial".

En otras palabras, el impacto de la hipertensión en el cerebro que envejece puede depender del patrón de presión arterial desde la mediana edad en adelante.

La presión arterial cambia a lo largo de la vida

Los autores del estudio actual, publicado en Red JAMA, tomó datos del estudio Riesgo de aterosclerosis en comunidades. Este estudio incluyó a 4.761 participantes que los investigadores evaluaron seis veces durante 24 años.

En la quinta y sexta visitas, que tuvieron lugar entre 4 y 5 años, los participantes se sometieron a una evaluación neurocognitiva para evaluar la demencia y el deterioro cognitivo. Entre estas dos evaluaciones, los médicos diagnosticaron 516 nuevos casos de demencia.

Los autores resumen el enfoque de su estudio: “[E] l estudio actual examinó la asociación de los patrones de presión arterial de la mediana edad a la vejez con la demencia incidente, el deterioro cognitivo leve y el cambio cognitivo tardío”.

En su análisis, los investigadores controlaron varias variables, incluida la edad, el sexo, la raza, el nivel de educación, el tabaquismo, el consumo de alcohol, los niveles de colesterol y más.

Descubrieron que las personas que tenían hipertensión en la mediana edad que continuaba hasta más tarde tenían un mayor riesgo de demencia que las personas que mantenían la presión arterial normal.

El riesgo de demencia también aumentó para las personas que tenían hipertensión en la mediana edad y presión arterial baja (hipotensión) en la edad adulta; estos individuos también tenían un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Los autores resumen sus hallazgos:

"[Un] patrón de hipertensión sostenida desde la mediana edad hasta la vejez y un patrón de hipertensión en la mediana edad seguido de hipotensión en la vejez se asociaron con un mayor riesgo de demencia posterior, en comparación con los participantes que mantuvieron la presión arterial normal".

Esta relación solo fue significativa en los participantes blancos más jóvenes (menores de 74 años). Los investigadores no encontraron esta asociación en el grupo de mayor edad ni en los participantes negros.

Un nuevo ángulo

Estos hallazgos demuestran la importancia de ver los patrones de presión arterial a lo largo de la vida. Como explican los autores, "la hipertensión en la vejez y la hipotensión en la vejez se asociaron con un mayor riesgo de demencia, pero solo entre las personas con hipertensión durante la edad adulta media".

En otras palabras, las personas que mantuvieron una presión arterial saludable durante la mediana edad no tenían un mayor riesgo de demencia si su presión arterial se volvía demasiado alta o demasiado baja en la edad adulta.

El estudio utilizó una gran cantidad de participantes y tomó múltiples medidas durante un período prolongado, pero los autores notan ciertas limitaciones.

Por ejemplo, las personas con presión arterial particularmente alta y una cognición más pobre durante la mediana edad tenían más probabilidades de abandonar, lo que podría haber afectado los resultados.

Además, debido a que los científicos no vieron la misma relación en los participantes negros, los hallazgos podrían no ser relevantes para otras poblaciones.

Aunque este estudio encontró asociaciones significativas entre los patrones de presión arterial a lo largo de la vida, no pueden definir si se trata de una relación causal.

Estudios anteriores han demostrado que la presión arterial tiende a disminuir en el período previo a la demencia. Sin embargo, no está claro si la presión arterial aumenta de alguna manera el riesgo de demencia o si la neurodegeneración afecta la presión arterial.

Como explican los autores, "no se puede descartar la posibilidad de que los cambios neurológicos tempranos puedan ser responsables de la disminución de la presión arterial en la vejez".

Debido a que la hipertensión es tan frecuente y la demencia es una preocupación creciente, la investigación de la relación entre los dos es más importante que nunca. Seguro que habrá más trabajo.

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