Demencia: un estudio genético impulsa la búsqueda de tratamiento

Por primera vez, los investigadores han identificado dos grupos de genes que parecen generar las características neurológicas de la demencia. El descubrimiento proporciona un nuevo camino hacia el descubrimiento de fármacos.

Comprender los mecanismos genéticos detrás de la enfermedad de Alzheimer nos acerca cada vez más a un tratamiento eficaz.

La demencia es una preocupación creciente en todo el mundo occidental y más allá.

Según la Asociación de Alzheimer, alrededor de 5,7 millones de adultos en los Estados Unidos viven con Alzheimer, la forma más común de demencia.

Para 2050, se espera que esa cifra aumente a unos 14 millones.

A medida que se extiende la esperanza de vida promedio, también lo hace el alcance de la demencia. Actualmente, no existe cura para la demencia y no hay forma de retrasar su progreso.

Aunque quedan muchas preguntas sin respuesta sobre la demencia, nuestra comprensión crece constantemente. Por ejemplo, sabemos que una proteína llamada tau juega un papel importante en varios tipos de demencia.

Tau y demencia

En las células nerviosas sanas, tau ayuda a estabilizar los microtúbulos, el andamiaje que ayuda a mantener la estructura y la rigidez de las células.

En la demencia, sin embargo, la tau se hiperfosforila y se agrupa en los llamados ovillos neurofibrilares.

Los científicos piensan que cuando la tau se enreda, daña las células nerviosas de al menos dos formas. En primer lugar, ya no puede soportar los microtúbulos; y, en segundo lugar, su presencia en grupos anormales es tóxica para las células nerviosas. Esto conduce a la muerte celular y, finalmente, a los síntomas de la demencia.

Un estudio reciente, publicado en la revista Medicina de la naturaleza, intenta precisar el origen genético de los ovillos neurofibrilares y busca posibles formas de evitar que se desarrollen.

En el pasado, los investigadores han identificado genes relacionados con la enfermedad de Alzheimer, pero no está claro exactamente cómo juegan un papel en la progresión de la enfermedad.

Para investigar más a fondo, los investigadores utilizaron una técnica llamada biología de sistemas. Esta es una forma de modelar sistemas biológicos complejos, teniendo en cuenta las innumerables interacciones que ocurren en un organismo, incluida la interacción entre los tipos de células, los genes, las proteínas producidas y cómo se afectan entre sí.

Los científicos se centraron en un modelo de ratón de demencia frontotemporal, que es un tipo de demencia que se desarrolla más temprano en la vida. Los procesos involucrados en esta condición son similares al Alzheimer y otro tipo de demencia llamada parálisis supranuclear.

El Dr. Daniel Geschwind de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles, dirigió el equipo de científicos.

Definiendo el mecanismo genético

Los primeros experimentos con animales sobre la demencia no siempre se han traducido bien en los seres humanos. El Dr. Geschwind cree que esto podría deberse a que la mayoría de los estudios se basan en el uso de una sola cepa de ratón endogámico. El equipo llevó a cabo su investigación en tres cepas de ratones genéticamente diferentes para evitar este error.

En primer lugar, estudiaron un proceso genético particular asociado con una mutación que se sabe que causa la acumulación de tau en ciertas formas de demencia.

Después de combinar sus datos, encontraron dos grupos de genes que tenían asociaciones con la acumulación de tau y la consiguiente muerte neuronal en las tres cepas de ratones.

Los científicos también identificaron que ocurren procesos similares en los cerebros humanos, lo que fortaleció aún más sus hallazgos.

Una vez que los investigadores tuvieron una idea más clara de los mecanismos genéticos que actúan en la neurodegeneración, peinaron una base de datos de fármacos experimentales para identificar cualquiera que pudiera intervenir en el proceso genético y prevenir potencialmente la muerte celular.

Cuando probaron estas moléculas en el laboratorio, encontraron evidencia de que podrían interrumpir la neurodegeneración en las células humanas.

"Nuestro estudio es el esfuerzo publicado más completo hasta la fecha para identificar la fuente de neurodegeneración en todas las especies y proporciona una hoja de ruta importante para el desarrollo de nuevos fármacos potencialmente eficaces para la enfermedad de Alzheimer y otras demencias".

Autor principal, Dr. Daniel Geschwind

“Aún queda mucho trabajo por hacer para desarrollar fármacos que puedan usarse de manera efectiva en humanos contra estos objetivos”, dice el Dr. Geschwind. Esta investigación está en su infancia y no debemos entusiasmarnos demasiado, pero, continúa, "este es un paso alentador".

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