Las proteínas antienvejecimiento pueden tratar la diabetes, la obesidad y el cáncer

Se ha examinado en detalle una familia de proteínas de longevidad por primera vez. La nueva información puede ayudar a crear tratamientos innovadores para una variedad de enfermedades, incluidos algunos cánceres, obesidad y diabetes.

Una molécula implicada en el envejecimiento revela sus secretos en un nuevo estudio.

Una familia de moléculas llamadas proteínas Klotho ha intrigado a los investigadores interesados ​​en el proceso de envejecimiento durante décadas.

Llevan "el nombre de la diosa griega que hizo girar el hilo de la vida". Involucrados en el metabolismo, también parecen jugar un papel en la longevidad.

Los estudios realizados a fines de la década de 1990 mostraron que los ratones con genes Klotho mutados padecen una condición similar al envejecimiento prematuro: tenían una esperanza de vida mucho más corta, se volvieron infértiles e incluso desarrollaron arteriosclerosis, osteoporosis y enfisema, así como atrofia de la piel.

Un estudio posterior también encontró que la sobreexpresión de los genes Klotho extendió la vida útil de los ratones al alterar la señalización de la insulina y del factor de crecimiento 1 similar a la insulina.

Examinando Klotho

Un estudio reciente analiza la estructura de estas proteínas con más detalle. Los investigadores se propusieron comprender mejor lo que hacen en el cuerpo y cómo lo hacen. Los científicos, de la Universidad de Yale en New Haven, CT, creen que sus hallazgos tienen implicaciones para el tratamiento futuro de muchas afecciones, incluida la obesidad, la diabetes y algunos cánceres.

Hay dos proteínas en la familia Klotho: alfa y beta. Ambos son receptores que se encuentran en las membranas de ciertos tejidos. Trabajan en conjunto con moléculas llamadas FGF endocrinos, que regulan los procesos metabólicos en tejidos y órganos, incluidos el cerebro, el hígado y los riñones.

Las proteínas Klotho y los FGF operan en espacios reducidos. De hecho, los interesados ​​en la longevidad llevan algún tiempo debatiendo si las proteínas Klotho o los FGF son las moléculas responsables de alterar el envejecimiento.

Usando cristalografía de rayos X, el equipo construyó una imagen detallada de la estructura de beta-Klotho. Los resultados se publican esta semana en la revista Naturaleza.

Su primer descubrimiento fue que beta-Klotho es el receptor principal de FGF21, una hormona que se produce durante la inanición. FGF21 tiene una variedad de efectos; por ejemplo, aumenta la sensibilidad a la insulina y mejora el metabolismo de la glucosa para inducir la pérdida de peso.

El autor principal del estudio, Joseph Schlessinger, quien es presidente de farmacología en la Facultad de Medicina de Yale, explica la importancia de este hallazgo, diciendo: “Al igual que la insulina, FGF21 estimula el metabolismo, incluida la captación de glucosa.

"En animales y en algunos ensayos clínicos de FGF21", continúa, "demuestra que puede aumentar la quema de calorías sin cambiar la ingesta de alimentos, y ahora entendemos cómo mejorar la actividad biológica de FGF21".

Uso de Klotho terapéuticamente

Si la actividad de esta hormona pudiera estimularse farmacológicamente, podría ser útil en el tratamiento de afecciones como la diabetes y la obesidad. En el artículo, el equipo también describe una variante de FGF21 que es 10 veces más potente, lo que potencialmente ofrece una ventaja terapéutica aún mayor.

Además, encontraron evidencia de cómo la glicosidasa, una enzima de estructura similar que descompone los azúcares, evolucionó hasta convertirse en un receptor de hormonas "que reduce el azúcar en la sangre". Como agrega Schlessinger, esto "puede no ser una coincidencia".

Existe una gran necesidad de tratamientos más eficaces para la obesidad y la diabetes, por lo que es probable que se preste mucha atención a cualquier cosa que pueda ofrecer una ruta novedosa.

Mejorar esta vía podría resultar beneficioso. En el otro lado de la moneda, los autores creen que bloquear la vía podría conducir a mejores tratamientos para el cáncer de hígado y las enfermedades óseas.

Schlessinger concluye resumiendo el largo camino por recorrer: "El próximo paso será producir mejores hormonas, fabricar nuevos bloqueadores potentes, hacer estudios en animales y seguir adelante". Ya se están preparando más estudios.

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