Alzheimer: ¿la culpa es de los cambios en el centro de atención del cerebro?

Los investigadores sugieren que nos distraemos más fácilmente a medida que envejecemos y que todo se debe a una parte de nuestro cerebro llamada locus coeruleus. ¿Podría esto mejorar nuestra comprensión de la enfermedad de Alzheimer?

A medida que envejecemos, nos resulta cada vez más difícil mantener la concentración en condiciones de estrés, según muestra una nueva investigación.

El "locus coeruleus" es una parte del tronco encefálico que regula la liberación de norepinefrina, una hormona relacionada con nuestro nivel de atención y respuesta al estrés.

En condiciones típicas, la noradrenalina estimulará la actividad de neuronas que ya son muy activas, mientras que "silenciará" a las menos activas.

A nivel neuronal, esto nos ayuda a mantener la concentración e ignorar las distracciones en condiciones de estrés.

Pero a medida que envejecemos, parece que nos distraemos más fácilmente con estímulos irrelevantes, y más aún cuando estamos en una situación que se registra como estresante.

Mara Mather y otros investigadores de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles decidieron probar si las personas mayores están, de hecho, menos concentradas que las personas más jóvenes, y averiguar por qué y cómo sucede eso.

El nuevo estudio, que ha sido publicado en la revista Comportamiento humano de la naturaleza - confirma que cuanto más envejecemos, más difícil se vuelve para nosotros mantener la concentración en condiciones menos que ideales.

"Esforzarse por completar una tarea aumenta la excitación emocional", explica Mather, "por lo que cuando los adultos más jóvenes se esfuerzan, esto debería aumentar su capacidad para ignorar la información que distrae".

"Pero para los adultos mayores, esforzarse puede hacer que tanto en lo que están tratando de concentrarse como en otra información se destaquen más".

Mara Mather

Ella y sus colegas explican que esto sugiere que el locus coeruleus comienza a funcionar con menos eficacia con el tiempo.

Un lugar clave en el deterioro cognitivo

La investigación anterior de Mather también relacionó el locus coeruleus con otra cosa: la enfermedad de Alzheimer. Más específicamente, aquí es donde los ovillos de proteína tau, que es una característica principal de esta enfermedad neurodegenerativa, comienzan a formarse en el cerebro.

"Los signos iniciales de esta patología", dice, "son evidentes en el locus coeruleus en la mayoría de las personas a los 30 años".

"Por lo tanto", continúa Mather, "es fundamental comprender mejor cómo cambia la función del locus coeruleus a medida que envejecemos".

Entonces, para el propósito del nuevo estudio, los investigadores trabajaron con 28 adultos más jóvenes, de 18 a 34 años, y 24 adultos mayores, de 55 a 75 años, cuya actividad locus coeruleus y excitación emocional monitorearon durante una serie de experimentos de atención.

Lo hicieron utilizando escáneres cerebrales y evaluando la dilatación de la pupila, que se ha considerado un buen indicador de la actividad del locus coeruleus.

Comunicación fluida en cerebros más jóvenes

Las pruebas consistieron en mostrar a los participantes pares de imágenes: una con un edificio y la otra con un tipo de objeto. En algunos casos, el edificio se destacó y el objeto apareció descolorido, y en otros puntos fue al revés.

En cada caso, se pidió a los participantes que anotaran qué imagen se acentuaba. Pero, para agregar un elemento de estrés al experimento, de vez en cuando se anunciaba a los participantes que podrían recibir una descarga eléctrica al final del ejercicio. En otras ocasiones, sin embargo, se anunciaba que no se produciría ninguna descarga eléctrica.

Se reveló que en el caso de los participantes más jóvenes, cuando se resaltaba la imagen de un edificio, el estrés de esperar un shock en realidad aumentaba la actividad cerebral en un área llamada "área de lugar parahipocampal".

Esta región del cerebro recibe su nombre del hecho de que se activa cuando miramos lugares y trazamos un mapa de espacios.

El mismo tipo de actividad cerebral disminuyó cuando se les mostraron imágenes sin resaltar, lo que indica que la comunicación entre el locus coeruleus, el área del lugar parahipocampal y la red frontoparietal, otra estructura cerebral vinculada a la atención, se desarrolló sin problemas, sin ningún "hipo".

Los adultos mayores luchan por concentrarse en situaciones de estrés

No sucedió lo mismo en el caso de los participantes mayores del estudio. En condiciones de estrés, cuando esperaban una descarga eléctrica leve, los adultos mayores exhibían una actividad menos intensa de la red frontoparietal, incluso cuando miraban imágenes resaltadas.

Esto, explican los investigadores, sugiere que el vínculo entre esta red cerebral y el locus coeruleus puede dejar de funcionar tan bien más adelante en la vida.

Al mismo tiempo, los participantes mayores mostraron una mayor actividad en el área del lugar parahipocampal en condiciones estresantes, independientemente de si estaban mirando imágenes destacadas o descoloridas de edificios.

Esto indica que la atención de los adultos más jóvenes se vuelve más selectiva cuando experimentan excitación emocional, lo que les permite enfocarse solo en las imágenes que se destacan.

Por el contrario, en los adultos mayores, el área del lugar parahipocampal se "iluminaba" indiscriminadamente cuando sentían estrés, lo que sugiere que no podían concentrarse en un estímulo prominente.

Estos hallazgos, señalan los autores del estudio, brindan otro componente básico en nuestra comprensión de cómo las funciones cognitivas cambian con el tiempo y pueden, en el futuro, ayudarnos a prevenir la neurodegeneración.

“Descifrar exactamente cómo ocurren estos cambios en el cerebro a medida que envejecemos podría algún día ayudarnos a descubrir cómo proteger al cerebro del deterioro cognitivo y la pérdida de función”, concluye Mather.

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